San Francisco de Macorís. — Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís, respaldó este viernes la propuesta de reforma constitucional presentada por el presidente Luis Abinader.
En su homilía durante el servicio conmemorativo del día Con motivo del 161 aniversario de la Restauración de la República, en la Catedral de Santa Ana, el prelado destacó la importancia de esta reforma en una época de cambios e innovación.
De Cruz Baldera dijo que la propuesta de reforma constitucional surgió para satisfacer las necesidades de los tiempos actuales, con el objetivo de asegurar y profundizar las instituciones del país.
«La Constitución es el sustento de nuestra República, el derecho jurídico y moral marco que sustenta nuestra convivencia como nación. El pacto social nos une y nos compromete a vivir según las mismas leyes y principios”,
En su discurso, el Obispo enfatizó que no se debe emprender una reforma constitucional. a la ligera, porque es un acto de profunda responsabilidad cívica y moral que fortalece la democracia y garantiza que las instituciones funcionen para el pueblo. Querida Iglesia, estamos llamados a discernir los signos de los tiempos y a apoyar los esfuerzos para promover el bien común, la justicia y la dignidad de todos los dominicanos”, añadió. La República Dominicana es más equitativa, inclusiva y democrática. Al apoyar la reforma, enfatizó su compromiso con un futuro en el que todos los dominicanos tendrían igualdad de oportunidades y el poder se ejercería para servir al pueblo y no en beneficio de unos pocos.
Durante ese tiempo, el Obispo recordó las acciones heroicas de hombres y mujeres que lucharon por la soberanía y la libertad de la nación. «El triunfo de la Restauración trasciende la simple confrontación como la guerra; constituye una expresión tangible de nuestro carácter como pueblo», enfatizó.
De la Cruz Baldera enfatizó la necesidad de revivir no sólo la memoria histórica sino también los valores patrióticos, cívicos, éticos y cristianos que sustentan la convivencia de las naciones. En un mundo plagado de corrupción y egoísmo, nos animó a ser luz y sal, testigos de la verdad y la justicia.
Del mismo modo, advirtió contra El peligro de una moral distorsionada en nombre de la libertad es poco comprendido. . Declaró: «Vivimos tiempos críticos en los que la gente quiere convencernos de que todo es relativo y que la vida humana no tiene ningún valor inherente. Este es el mayor desafío que debemos afrontar como nación y como humanidad». Finalmente, Monseñor de la Cruz Baldera destacó que la necesaria recuperación va más allá de lo político y lo económico, y es sobre todo moral y espiritual. espíritu. tejido de nuestra comunidad”, concluyó, llamando a la cooperación unida por valores cívicos, éticos y cristianos para asegurar un futuro pacífico y próspero para el país.