El Árbol de la Esperanza regresa en su décima edición con el objetivo de concientizar a quienes viven con alguna enfermedad. Para apoyar estas causas benéficas, el proyecto busca donaciones que se dirigirán a las 24 organizaciones que se han unido este año para interrumpir el proyecto que ya está en marcha.
En esta actividad que se llevará a cabo a partir de septiembre Del 2 al 22 participarán al menos tres organizaciones que trabajan por la inclusión y, pese a que en ocasiones tienen dificultades para recibir apoyo económico para mantenerse activas, siguen luchando “para que la sociedad vea detrás de la discapacidad las enormes capacidades y potencialidades”. Esto dice Oscar Villanueva, del Fondo de Soja Quiéreme Como.
Yo También Podemos, Quiéreme Como Soy y el Instituto para Sordos Santa Rosa son responsables de apoyar a niños y adolescentes con pérdida auditiva. . discapacidad. o condición médica, ayudándoles a adquirir habilidades para enfrentar el mundo.
Fundación Labor
Yo Too Podemos brinda apoyo a niños que padecen enfermedades como síndrome de Down, autismo leve y moderado , parálisis cerebral, discapacidad intelectual, hidrocefalia, enfermedades raras, personas sordas, etc. Para su fundadora, María Esperanza Haché, el Árbol de la Esperanza es el antes y el después de una entidad que existe desde hace 14 años, pues al principio fue difícil conseguir personas que colaboraran por esta causa. «Pero cuando subimos al árbol, dijimos: este es nuestro momento; vamos a tratar de asegurarnos de que la gente pueda ver el trabajo que estamos haciendo», dijo Haché, que ahora apoya a unas 200 personas con su plataforma, explica. jóvenes. Uno de estos jóvenes es Luis Tomás Gómez (Tommy), de 35 años, con autismo; Su madre, Rosario Trinidad, dijo que antes de venir a la organización vivía aislado, pero admitió que quería amigos.
«Cuando se unió a la organización y empezó a relacionarse con personas de igual estatus No se sienten acosados en absoluto, al contrario, son sociables y se sienten cómodos. Formaron un núcleo, crearon grupos de WhatsApp e interactuaron, y él ya no se sentía solo”, dijo Trinidad. Mientras tanto, Tommy dijo que básicamente se sentía cómodo y en paz” y que “le gusta llevarse bien con la gente”. «.
Por su parte, Oscar Villanueva, de la Fundación Soja Quiéreme Como, que apoya a personas con síndrome de Down, espera llegar a 25.000 personas con el programa Coletour, gracias a las donaciones recaudadas en esta edición. de Árbol de la Esperanza.
Para la fundación, parte de la filosofía de promover la inclusión real El ingreso a la sociedad dominicana es ilustrado por el hijo de Villanueva, Luis Oscar, quien también fue la inspiración para la fundación de la organización. El joven de 27 años vive con síndrome de Down, pero su condición no le impide vivir solo y aceptar un empleo en la Dirección General de Asociaciones Público Privadas (DGAPP).
Mientras Tomás. Guzmán, del Instituto para Sordos Santa Rosa, está convencido de que “lo único que una persona sorda no puede hacer es volar un avión”, para él limitarse por su sordera no es una opción.
Mientras que Juana González, directora académica del instituto, dijo que en los 52 años de funcionamiento del centro, lo más difícil es recibir el apoyo de toda la comunidad.
“Concientizar es lo más difícil; sabiendo que estas personas, independientemente de su condición, pueden conseguir sus objetivos igual que nosotros», destacó González.
En esta edición, el instituto presentará al público reunido en el Ágora Moll las Manos Blancas Coro, en el que los estudiantes sordos interpretaban ciertas canciones usando notación, mientras otros estudiantes las cantaban.