Los arquitectos también reconocen la necesidad de dominar las habilidades relacionadas con la tecnología.
Desde 2016, el sistema educativo finlandés, reconocido mundialmente por su excelencia, integra la enseñanza de arquitectura para niños y adolescentes de 7 a 16 años en el currículo básico. Esta decisión se basa en una comprensión del entorno construido como una constante omnipresente, su combinación única de arte y ciencia y su impacto en la sociedad, la naturaleza y la cultura, así como su contribución al desarrollo de importantes habilidades personales y profesionales del siglo XXI. siglo.
Según el Consejo de Educación de Finlandia, la educación arquitectónica La arquitectura fomenta el pensamiento de diseño y la comprensión cultural e histórica del medio ambiente, cultivando habilidades transversales fundamentales como el pensamiento y el aprendizaje críticos, la competencia y la expresión cultural, y la capacidad de Multialfabetización, que es la facilidad para comunicarse de diversas formas (oral, escrita, visual y ahora digital), así como la participación activa en la construcción de un futuro sostenible.
De De esta decisión del Consejo de Finlandia se puede concluir que quienes estudian o han estudiado arquitectura – bueno, nosotros – estamos mejor preparados para la vida y afrontamos un futuro impredecible.
Quizás no lo hayamos pensado antes, pero es posible. Es por eso que los monjes arquitectónicos siempre son muy apreciados por la sociedad. Ya sea por su admirable nivel de formación y comprensión cultural o por su potencial polifacético, que les permite desempeñarse con distinción en diversos ámbitos de la vida pública.
Múltiples ventajas
Cabe mencionar que en un mundo tecnológico en constante evolución, los arquitectos también se ven en la necesidad de dominar las habilidades técnicas relacionadas con el uso de las TI (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones), que actualmente incluyen el modelado y la impresión 3D, la programación visual y el uso de inteligencia artificial.
Un ejemplo Un ejemplo de esto es la carrera de arquitectura de la Universidad Iberoamericana, Unibe, mi alma mater, donde también doy clases, que está diseñada para formar profesionales capaces de liderar y comprender los cambios. teniendo lugar en diversas manifestaciones de la arquitectura en la sociedad local y global. La instalación cuenta con un laboratorio de fabricación digital renovado equipado con impresoras 3D de última generación y también es la única universidad en la República Dominicana que enseña programación visual con Dynamo. Se trata de un software que los arquitectos pueden utilizar para automatizar sus tareas de diseño, crear geometrías complejas (como las paramétricas) y optimizar sus números de modelos de ingeniería, además de poder hacer un buen uso de la inteligencia artificial para crear imágenes fotorrealistas de determinados proyectos complejos. Estas nuevas habilidades tecnológicas no son alternativas que complementen la formación tradicional en proyección manual, como el dibujo técnico, la geometría descriptiva, el dibujo arquitectónico o la perspectiva y el sombreado.
Autora, María Mimnell Domínguez es arquitecto, egresado de la Unibe y docente.
Hoy 3 de septiembre abrió sus puertas el nuevo Instituto de Diseño del Trópico (IDT-Unibe) a esta universidad, cuyo objetivo es generar recursos para ayudar mejorar la calidad de vida de las personas en las regiones tropicales a través de la investigación y el desarrollo. El centro estará bajo la dirección del Dr. Jesús D’Alessandro, director de la Escuela de Arquitectura.
Todo esto nos demuestra que la formación arquitectónica cotidiana – y que en Unibe está garantizada – trae más beneficios. a favor de poder afrontar los desafíos tecnológicos, culturales y ambientales que nos ha traído el siglo XXI.
