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Catibías, un aperitivo en conserva de origen taíno

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Días, según la demanda del consumidor. También te puede interesar: Chivo Liniero: decenas de sabores que conquistan el paladar Después del pelado, procedemos a.

La comida criolla es una mezcla que incluye no solo las especias utilizadas para condimentar los platos típicos dominicanos sino también la creatividad, costumbres y recursos que tienen los nativos de la isla. También conocidas como empanadas de yuca, las catibías se preparan a partir de un polvo que se obtiene triturando, prensando y secando los tubérculos, distinguiéndolas de las empanadas comunes hechas con harina.
Empanadillas
Ubicadas en el corazón de Monte Plata, las catibia creadas por Ángela Severino, apodada cariñosamente «Morena», se han convertido en un símbolo, no sólo para esta provincia sino también para todos los que alguna vez han tenido el placer
Preparación

Con la ayuda solidaria de sus hijos, Carminia Severino y Pío Mercedes, Doña Ángela comienza pelando sus habituales 35 libras de tubérculos, cantidad que planea preparar entre 100 y 150 empanadillas cada tres. días, según la demanda del consumidor.
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Después del pelado, procedemos a. guayado, para ello usamos guayado casero y tenemos agujeros » «distribuidos con precisión para lograr el resultado deseado, estos no pueden ser muy grandes ni muy pequeños, pero no pueden estar muy juntos ni muy separados», explicó.

El siguiente paso es extraer el almidón, según Carminia, desde el principio. Pusieron la yuca en una bolsa y colocaron un palo en el medio, girándola hasta que se liberara todo el almidón.

Sin embargo, con el paso de los años, descubrieron que ‘obtuvieron el mismo resultado. se obtienen colocando la yuca masada en una bolsa de tela dentro de la secadora de la lavadora.

«Ah, pero si la ropa drena toda el agua girando en la secadora, ¿por qué la yuca no puede hacerlo? ¿Lo mismo? ¿Lo mismo con el almidón? Severino dijo con una sonrisa.

Cuando la yuca esté completamente seca, usa tus manos para enrollarla en un círculo para quitar los grumos y agrega sal al gusto. Una vez mezcladas bien la harina y la sal se tamizan en un colador.

A continuación viene la «preparación de los panecillos», para ello calentamos un caldero en el que añadimos un poco de aceite y se vierte la harina. en él para cocinar. Esta mezcla se coloca en un recipiente más grande, en el cual se agrega el caldo de esternón para rellenar las empanadas.

La mezcla de harina y con el caldo mencionado anteriormente se formarán rollitos es decir, la masa queda compactada y lista para extender sobre la mesa con un rodillo o pan rallado. Se corta con un troquel redondo, formando trozos de yuca.

Se rellenan con diferentes ingredientes como pollo o queso. Ángela explica que condimenta su pollo únicamente con ingredientes naturales como orégano y ajo, y tiene mucho cuidado de no darle a la gente cosas que sabe que no comerán. Se guardan en el frigorífico y luego se venden individualmente o por docenas a vecinos y turistas que se acercan a degustar las famosas empanadillas de Mamá Morena.

Variedad

Carminia, la outsider que la ayuda La madre prepara las empanadas también se encarga de distribuirlas en pedidos individuales. Dijo que la catibia más vendida es la variedad de pollo y queso.

Además, estos. puede ser cerdo, ternera, bacalao y cordero. Están listos para prepararlos según las preferencias de los clientes. Asimismo, los precios base están entre 60 y 75 pesos pero varían dependiendo de los toppings deseados.

¿Cómo surgen?
Doña Ángela se recuerda que empezó preparar meriendas en momentos específicos, como Semana Santa, despertares y partidos de fútbol. Sin embargo, empezó a venderlas porque su hija quería comprarse una bicicleta.

“A mi mamá le regalaron una máquina para hacer cupcakes, y pensé en pedirle que me hiciera unos yaniqueques para venderlos y recaudar dinero para comprarme la bicicleta que realmente quería, pero ella no pudo comprármelas. . Empecé a venderlas en pesos en el colegio, en el recreo, luego los fines de semana ella hacía tortas y yo salía a venderlas al centro”, recuerda Carminia
“También se han agregado equipos, pero solo los producimos. por encargo y luego empezamos con catibías porque los yaniqueques no dan mucha ganancia con el tiempo”, las últimas catibias prevalecieron porque eran las menos comunes”, concluyó.

Mamá Morena y su hija coinciden en que las empanadillas son parte de la cultura dominicana y que son un snack que debe conservarse porque son un legado palpable de sus orígenes taínos.

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