Cuando Sancho Panza llegó a gobernar la isla de Barataria, encontró un mayordomo muy servil que le explicó la etiqueta del oficio que desempeñaba. Leamos esto:
Mientras el mayordomo decía esto a Sancho, miraba las grandes e innumerables letras escritas en la pared que rodeaba su silla, y como no sabía leer, preguntó cuáles eran los cuadros en esta pared. Le respondieron:
— Señor, está escrito y claramente indicado la fecha de su ocupación de esta isla, y en el epitafio III, 13 se lee: «Hoy, tantos meses y en aquel año Don Sancho Panza tomó posesión de esta isla, pudo disfrutarla por muchos años «
— ¿Y a quién llamas don Sancho Panza? – preguntó Sancho.
— Respetuosamente – respondió el mayordomo – que en esta isla no entra ningún otro Panza excepto el que está sentado en esta silla.
También te puede interesar : Entre paso y paso, secando y diseccionando
— Dime, hermano, dijo Sancho, que no tengo talento, y no hay ninguno de mi linaje: Sancho, me llaman simplemente, y Sancho es mi padre, y Sancho es mi abuelo, y todos son Panzas, ni regalos ni roscos. e imagino que debe haber más regalos en esta isla que rocas. Pero ya es suficiente: Dios me entiende, y tal vez si el gobierno dura cuatro días, purgaré estos regalos, para disgusto de la multitud, es decir, como mosquitos. Sigamos. Su pregunta, señor Mayordomo, y la responderé lo mejor que pueda, es si la gente está triste o no. (Capítulo XLV, Parte 2).
La reacción de Sancho fue constante, porque sabía que el título de don no le correspondía. Es un sencillo campesino encargado de acompañar en sus aventuras a don Alonso Quijano, quien al incorporarse a los caballeros quiso darse el nombre de Don Quijote.
De don, ante nombre de persona, usado en primitivo veces en nuestro idioma para referirse al dueño de una propiedad, especialmente de un terreno. Derivado del latín “dominus”, señor; mientras que la forma femenina doña también proviene del latín “domina”. La palabra don es sinónimo de dueño y doña de Dueña.
Durante la evolución de nuestro idioma, la palabra don siguió siendo una fórmula de respeto, especialmente por su grado de respeto a la persona a la que se encontraba. quien se dice. Veamos qué dice al respecto el Diccionario de la Lengua Española:
«Respeto que se da ante un nombre. Anteriormente sólo estaba reservado a determinadas personas de alto estatus social.» Sinónimo: monsieur.
El segundo significado indica que esta palabra, colocada antes de un adjetivo o de un sustantivo, generalmente en plural, designa a una persona, utilizada para enfatizar de manera irónica lo que representa. Por ejemplo: Sr. Perfecto, Sr. Calores, Sr. Nada, o el Sr. Ninguno: una persona que no vale nada.
Sin embargo, lo anterior aún influye en la tendencia a llamar señor a los ricos, como dijo sarcásticamente el dúo cubano Los Compadres:
«Cuando tengo dinero, me llaman Don Tomás
Cuando ya no tengo dinero, me llaman Tomás na’ ma'»
La mentira aparentemente cierta es aquella según la cual la palabra don se forma a partir de las primeras letras de la expresión «de origen noble». Aunque tal tratamiento corresponde a personajes ilustres que ostentan títulos nobiliarios, es más esclarecedor aceptar la etimología propuesta por los lingüistas, que nos lleva a la palabra latina «dominus»
La buena educación sugiere cómo tratar a los personajes. ancianos como obsequio: Don Bolívar, Don Bienvenido, Don José, Don Rafael…