Expliquemos el cristianismo

Hoy no somos conscientes de la tradición de riqueza espiritual y austeridad material. Las personas son víctimas de un mundo globalizado, no sólo en términos de valores sino también en términos de vanidad. El ayuno y la reflexión nos acercan a los valores inquebrantables que Cristo nos reveló en el momento de la muerte no considerados ejemplo de su existencia y del mandato del Padre a lo largo de su vida terrena. Lo que importa es cómo nos vestimos, qué comemos y cómo nos divertimos; nada más que un auténtico sentimiento cristiano que simplemente necesita un espacio para meditar y redescubrir la palabra de Dios, apoyo y camino en el tránsito a la vida espiritual. La pérdida de la fe encuentra una respuesta divina a la práctica decadente del amor natural entre un hombre y una mujer; así como el uso de drogas que alteran el comportamiento natural del ser humano hacia la degeneración. El surgimiento del SIDA, como Quinto Jinete del Apocalipsis, fue una fuerte reacción al descubrirse en personas enfermas, preferentemente homosexuales y drogadictos, un castigo por la sodomía; es decir, la respuesta de Dios contra un mundo incrédulo que le ha dado la espalda a la religión, a la fe, a la castidad, a la humildad; altos valores del cristianismo. Debemos caminar según los principios esenciales de vivir de acuerdo con la verdadera conducta cristiana. Es hora de reconectarnos con la palabra de Dios penetrando profundamente en nuestra conciencia. ¡A Cristo, con Él y en Él, toda honra y toda gloria, por los siglos de los siglos!