América Latina vive un proceso de desmoralización política, producto de la corrupción; un fenómeno revelado por las contribuciones a las campañas, por la debilidad de sus leyes, expresado en la necesidad de los partidos políticos de recursos económicos cada vez mayores debido al problema de la “financiación política”. Los partidos y movimientos políticos son asuntos electorales.
El alto costo de las actividades políticas destinadas a ganar la presidencia, el ayuntamiento, los escaños en el Senado y la Cámara de Representantes, deja a muchos directores de campaña con la necesidad de logística de proselitismo para encontrar dinero en cualquier lugar y por cualquier medio; contribuciones extranjeras, bienes personales secretos y de las elites económicas.
Estas áreas, con sus contribuciones, buscan ser protegidas para un desarrollo continuo. Sus actividades “comerciales”, penadas por la ley, degradan gravemente los principios y valores sociales. ; Además, los recursos económicos que adquieren van directamente a las arcas de las élites y el crimen organizado. Varios países se han visto afectados por el financiamiento político de las drogas, como:
Colombia: Gustavo Petro, presidente, según el testimonio de su hijo mayor, Nicolás Petro Burgos, admitió haber aceptado dinero de destacados delincuentes para financiar la campaña electoral de su padre por la cual fue investigado junto con su esposa Daysuris Vásquez Castro.
México: Andrés López Obrador (ANLO), presidente de la Fiscalía Federal para el Distrito Sur de Nueva York , y la DEA abrió una investigación en 2010 y 2011 y obtuvo pruebas sólidas de que el Cartel de Sinaloa había aportado entre 2 y 4 millones de dólares a su campaña de 2006, y que el entorno de AMLO estuvo directamente involucrado en la distribución y transferencia de los fondos. , confirmaron el financiamiento ilegal.
Honduras: Juan Orlando Hernández, expresidente, admitió y admitió públicamente que empresarios estuvieron involucrados en la malversación de millones de dólares del sistema de seguridad social para financiar su campaña política. Su hermano, Tony Hernández, admitió que la campaña política fue infiltrada por narcotraficantes, quienes testificaron en el juicio en Nueva York que contribuyeron con un millón de dólares a la campaña de Hernández e incluso a la campaña del expresidente Porfirio Lobo Sosa.
Venezuela: Nicolás Maduro Moro, presidente de Estados Unidos, llama al país un “narcoestado” porque las elecciones de 2018 son financiadas por el narcotráfico mundial a través del “Cártel de los Soles”, integrado por generales del soles. Guardia Nacional Bolivariana.
Rep. Dominica: La constructora brasileña Odebrecht admitió haber sobornado a funcionarios y legisladores del gobierno del expresidente Danilo Medina Sánchez para obtener contratos sobrevalorados. Algunos de ellos fueron llevados ante la justicia sin resultados.
Hoy, junto con Honduras, se nos acusa de financiar las drogas en campañas electorales pasadas. El problema que plantean los partidos y movimientos políticos es cómo controlar, monitorear y fiscalizar sus finanzas ante aportes económicos de origen poco claro, por lo que debemos establecer una “Unidad Especial de Financiamiento, Transparencia y Supervisión de Partidos y Candidatos Políticos”. «.», para blindar la corrupción y la impunidad legal, que es protectora de la élite, así como el narcomercantilismo, penetraron.