Los espacios públicos, incluidos parques, estacionamientos, calles, puentes peatonales, aceras y barricadas, siguen siendo ocupados por haitianos indocumentados, que ni siquiera permiten a los dominicanos circular libremente en su país, haciendo la vista gorda. de las autoridades.
La Dirección de Migración debe reestructurarse con un hombre herido por el ejército dominicano a su cabeza y reforzado por soldados que piensan más en el destino de la nación que en dos pesos en el bolsillo, que regrese la paz y tranquilidad a la República Dominicana.
Independientemente de los perezosos perseguidores de la llamada Amnistía Internacional y de los manifestantes Que dice Unicef, los dominicanos necesitamos nuestro espacio en hospitales, escuelas, mercados, parques, transporte, construcción y otros medios de vida, debido a la falta de respeto financiero. Los cargos contra inmigrantes indocumentados pesarán mucho en los gastos generales y en los presupuestos familiares.
No es ningún secreto que muchos dominicanos y empresarios tienen malas los sentimientos sobre las emociones solo piensan en el dinero, pero si bajo este gobierno de Luis Abinader no detenemos lo que está pasando y controlamos los juegos de estos empresarios, entonces seguramente perderemos nuestra soberanía, nuestro espíritu dios dominicano y hasta la esperanza de vivir en el territorio.
Y no es una tragedia, los teóricos irresponsables que dicen que todo es racista y la gente que se supone es antihaitiana, que salen a la calle y revisan el callejón y luego se van sin pagar la luz. , agua o cualquier otro servicio de la ciudad, tirando sus desechos, incluso heces, a riachuelos, quebradas, riachuelos y cuando llueve, tiran todo para lavar y tapar los tanques de aguas residuales. Nuestros hijos y nietos no pueden jugar libremente en las calles y en los parques, ocupan espacio en todas partes, incluidas las esquinas, los semáforos y las entradas de los grandes almacenes. Incluso reciben las cosas en sus puertas en mercados binarios e intervienen para obtener lo que sobra.
Por esta razón, los alimentos son cada vez más caros y escasos para los dominicanos, así como los servicios de salud alimentaria y las farmacias. vacío y todo es difícil. ¡Reanudemos las redadas en serio!