Washington, 30 de septiembre (Yonhap) — Corea del Norte nunca negociará sobre su «prestigio nacional», ha dicho, el lunes (hora local), el enviado norcoreano ante las Naciones Unidas (ONU), reafirmando la adherencia del régimen recalcitrante a su programa de armas nucleares, a pesar de las críticas contra sus crecientes amenazas de seguridad.
El embajador Kim Song hizo los comentarios durante un debate general en la Asamblea General de la ONU, reiterando sus acusaciones sobre la «hostilidad» de Estados Unidos hacia Pyongyang y afirmando que sus armas nucleares «solo fueron creadas y existen para defendernos».
«Cuando se trata del derecho a la autodefensa, un derecho legítimo de un Estado soberano, nunca retrocederemos al punto en el pasado lejano», dijo Kim. «En cuanto al prestigio nacional, nunca negociaremos con nadie, ya que fue conseguido mediante la lucha sangrienta de todo el pueblo norcoreano».
Sus comentarios ensombrecieron, aún más, las expectativas de la reanudación de diálogos nucleares serios entre Pyongyang y Washington, que han estado estancados desde que su cumbre, en febrero de 2019, en Hanói, Vietnam, terminó sin un acuerdo. La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, ha ofrecido dialogar con el Norte «sin condiciones», pero Pyongyang no ha respondido a la propuestsa.
Kim dijo que Corea del Norte solo tratará con la entidad estatal llamada EE. UU., no con la mera Administración, independientemente de quién gane las elecciones presidenciales estadounidenses, en noviembre.
Agregó que cualquier Administración de EE. UU. tendrá que enfrentarse a la «RPDC, que es diferente a lo que EE. UU. solía pensar», refiriéndose a su país por las siglas de su nombre oficial, la República Popular Democrática de Corea.
El embajador pareció hacer un llamamiento implícito a la futura Administración de EE. UU. a aceptar a Corea del Norte como un Estado poseedor de armas nucleares, dado que ha estado redoblando sus programas nucleares y de misiles balísticos bajo su líder, el presidente del Comité de Asuntos de Estado norcoreano, Kim Jong-un.
Según los observadores, el Norte ha estado observando cuidadosamente los acontecimientos durante la temporada electoral de EE. UU., ya que quien gane el despacho oval afectará a la orientación política de Washington.
Se espera que, si gana la vicepresidenta actual, Kamala Harris, se centre en el fortalecimiento de la red de alianzas y asociaciones de EE. UU., a fin de contrarrestar las amenazas norcoreanas. En caso de que el expresidente Donald Trump vuelva a la Casa Blanca, podría reavivar su diplomacia personal con Kim, en una reanudación del compromiso diplomático entre los dos países.
El embajador justificó el programa nuclear del Norte como una medida defensiva, criticando la operación de un órgano clave de disuasión nuclear entre Corea del Sur y EE. UU., llamado el Grupo Consultivo Nuclear (NCG, según sus siglas en inglés), así como una serie de ejercicios militares conjuntos regulares de los aliados.
Señaló que, bajo esas circunstancias, es un «ejercicio indispensable de los derechos soberanos» de la RPDC mantener una fuerza poderosa, capaz de defender los intereses de seguridad nacional y garantizar el desarrollo pacífico.
Kim también llamó las actividades militares del Norte el «ejercicio legítimo del derecho a la autodefensa de un Estado soberano, que no causó ningún daño a nadie», arremetiendo contra la descripción de EE. UU., de sus actividades, como «amenazas y provocaciones».