Salud

La economía del cuidado: un pilar del trabajo decente y la justicia social

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Las economías y sociedades globales dependen profundamente del trabajo de cuidados, remunerado y no remunerado, para funcionar y desarrollarse.

Las economías y sociedades globales dependen profundamente del trabajo de cuidados, remunerado y no remunerado, para funcionar y desarrollarse. Desde satisfacer las necesidades físicas, emocionales y psicológicas de niños y ancianos hasta servicios como la salud y la educación, el cuidado es esencial en cada etapa de la vida.
Este trabajo se realiza en muchas áreas diferentes: en -house, por instituciones públicas, organizaciones sin fines de lucro y empresas privadas. Sin embargo, la forma en que se brinda y recompensa esta atención tiene un profundo impacto en la igualdad de género y el desarrollo socioeconómico.

En reconocimiento de su importancia, el Congreso de las Naciones Unidas ha declarado el 29 de octubre como Día Internacional del Cuidado y Apoyo. Este día tiene como objetivo concienciar sobre el papel central del cuidado en nuestra sociedad y promover el cambio necesario en la organización y evaluación.

Puedes leer: Playa Nueva Romana celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama La economía del cuidado, incluido el trabajo de cuidados remunerado y no remunerado, se ha destacado como una necesidad urgente durante la pandemia de COVID-19. Esta crisis ha puesto de relieve la fragilidad de los sistemas de salud actuales, mostrando cómo el bienestar de las personas y el funcionamiento de las economías dependen en gran medida del trabajo invisible que sustenta la vida todos los días. El desafío que enfrentamos hoy es claro: debemos repensar la economía del cuidado, colocando a las personas en el centro de las políticas y el desarrollo sostenible.

Tres tendencias globales clave influyen en el cuidado del futuro: el envejecimiento de la población, la digitalización y el cambio climático. Estos fenómenos aumentan la demanda de servicios de atención, al tiempo que complican su prestación. Se necesita un enfoque integral que incluya la corresponsabilidad entre el Estado, la sociedad civil, el sector privado y las familias. Sin embargo, el Estado debe asumir la responsabilidad principal a través de políticas que promuevan un ecosistema de cuidados que sea inclusivo, equitativo y accesible para todos.

Hoy en día, el 76 % del trabajo de cuidados no remunerado del mundo corresponde a mujeres, un desequilibrio que continúa perpetuando la desigualdad. . En América Latina y el Caribe, este tipo de trabajo representa un tercio del empleo femenino. En algunos sectores como el de los trabajadores domésticos, con 15 millones de trabajadores domésticos en la región, el 76% de ellos se encuentran en situación informal. Además, se estima que las inversiones en cuidado infantil universal y cuidados a largo plazo podrían crear hasta 30 millones de empleos en nuestra región para 2035.

Año 2022, el Órgano Rector de la Organización Internacional del Trabajo (OIT ) dio un paso importante al promover un amplio debate sobre la economía del cuidado, que culminó con la adopción de una resolución histórica en la 112.ª Conferencia Internacional del Trabajo, que se celebrará en junio de 2024. Este acuerdo internacional tripartito reafirma que, como cualquier otra forma de trabajar, trabajar en La economía del cuidado no es una mercancía y todos deben tener acceso a los cuidados, incluido el cuidado personal, en buenas condiciones laborales para quienes prestan estos servicios
OIT, con su historia de liderazgo en. promover el trabajo decente, desempeña un papel clave en la promoción de la economía del cuidado. El enfoque de la OIT, basado en los principios de las 5R (reconocer, reducir, redistribuir, recompensar y representar el trabajo de cuidados) ofrece una hoja de ruta clara hacia el cambio estructural. Este marco promueve la creación de empleo formal, mejores condiciones de trabajo y la plena representación de los trabajadores en la industria, fortaleciendo así un sistema basado en los derechos y la dignidad.

Invertir en la economía del cuidado es un compromiso con una economía más futuro justo, equitativo y sostenible. La OIT, a través de su agenda de transición de género, sitúa la atención de salud en el centro del desarrollo económico y social. A través de un enfoque tripartito y el poder del diálogo social, la organización seguirá liderando este proceso hacia una sociedad más equitativa, donde todos reciban la atención que necesitan y donde sus cuidadores puedan hacerlo en condiciones justas. El Día Internacional del Cuidado y el Apoyo nos recuerda que el cuidado no es sólo una necesidad; Fue un acto de justicia. Impulsar sistemas, políticas y licencias de salud más sólidos e inclusivos es la base de un mundo más equitativo, donde el bienestar colectivo y el trabajo decente vayan de la mano.

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