Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, manifestó ayer: me gustaría que Israel se detuviera, al preguntarle sobre la posibilidad de una invasión terrestre a Líbano, horas antes de que Tel Aviv comenzara su incursión en el país árabe.
Debería haber un alto el fuego ya, declaró Biden a la prensa desde la sala Roosevelt del ala oeste de la Casa Blanca.
Luego del inicio de la nueva acción bélica de Israel, el Pentágono anunció un despliegue adicional de tropas en Medio Oriente, lo que elevaría el número de elementos en la región a 43 mil, además de un aumento en diversos escuadrones de cazas y aviones de ataque, declaró Sabrina Singh, vocera del organismo de Defensa.
El apoyo incluye escuadrones de cazas F-15E, F-16 y F-22, aviones de ataque A-10, así como el personal necesario.
Antes de la incursión israelí, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, se opuso a cualquier invasión terrestre en Líbano, al tiempo que el jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, advirtió que una nueva intervención militar en Líbano agravaría la situación en ese país.
En este contexto, la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (Finul) suspendió actividades en el sur de esta nación mediterránea. «Los cascos azules de la Finul se mantienen en posición en la zona de responsabilidad de la misión, aunque la intensidad de los combates impide sus movimientos y su capacidad para llevar a cabo sus tareas», explicó Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, en rueda de prensa desde Nueva York.