Trump ha rechazado un segundo enfrentamiento con Harris, por lo que el debate del martes en Nueva York en la cadena CBS apunta a ser la última posibilidad de ver un cara a cara entre las dos candidaturas
Los aspirantes a la vicepresidencia de Estados Unidos, J. D. Vance y Tim Walz, se enfrentan este martes en un debate inusualmente importante en el que competirán por los votos decisivos de los estados bisagra del corazón de Estados Unidos.
El debate entre Walz, gobernador demócrata de Minnesota elegido por Kamala Harris como su número dos, y el republicano Vance, senador por Ohio y compañero de fórmula de Donald Trump, podría ser el último de la campaña de las presidenciales de 2024.
Trump ha rechazado un segundo enfrentamiento con Harris, por lo que el debate del martes en Nueva York en la cadena CBS apunta a ser la última posibilidad de ver un cara a cara entre las dos candidaturas.
Vance, de 40 años, y Walz, de 60, defienden ser la verdadera voz de los cruciales estados indecisos del Medio Oeste que podrían decidir por unos pocos miles de votos el ganador de unas unas elecciones que siguen empatadas técnicamente a cinco semanas de los comicios, el 5 de noviembre.
La historia sugiere que los debates de los candidatos a la vicepresidencia rara vez influyen en los resultados, pero en una campaña electoral en la que Harris ha sustituido al presidente Joe Biden en medio de la carrera, la contienda del martes puede sumar.
A lo largo de esta atípica campaña, Vance y Trump han utilizado una retórica divisiva, lo que augura un debate televisivo caliente.
«Abrirá el apetito de mucha gente para el 5 de noviembre», dice a la AFP Thomas Whalen, profesor asociado de Ciencias Sociales en la Universidad de Boston.
Walz y Vance son veteranos militares con sólidas credenciales obreras: Vance es conocido por ser el autor de las memorias «Hillbilly Elegy» (Hillbilly, una elegía rural) y Walz por ser un antiguo profesor y entrenador de fútbol americano.
Pero las similitudes acaban ahí. Vance comparte la afición de Trump de crear polémica, ya sea difamando a las mujeres demócratas de preferir a los gatos en vez de tener hijos, o promoviendo las falsas afirmaciones de que los inmigrantes haitianos de un pueblo de Ohio se comen las mascotas.
Alta intensidad
Su objetivo será superar las encuestas que inicialmente lo situaban como uno de los candidatos a vicepresidente menos populares de la historia, tras salir a la luz una serie de viejos comentarios sobre las mujeres y el aborto.
«Vance tiene que tener cuidado, porque creo que le han tendido una trampa», dice Whalen.
Walz intentará presentarse ante un público que apenas le conoce, tras el rápido ascenso de Harris como sustituta de Biden en la candidatura demócrata.
Se convirtió en un éxito entre los demócratas por tachar a Vance y Trump de «raros» y por su política progresista, pero eso será uno de los frentes de ataque de Vance, ya que él y Trump intentan pintar a Walz y Harris como «marxistas».
Vance «se enfrenta a un imbécil, un imbécil total», dijo Trump en una entrevista emitida el lunes en Fox Nation.
También se espera que Vance, que sirvió como marine estadounidense en Irak, arremeta contra Walz por las afirmaciones de que el demócrata abandonó su unidad de la Guardia Nacional estadounidense antes de que se desplegara en ese país.
Los debates televisados ya han demostrado su capacidad de conmoción este año: Biden se vio obligado a abandonar su candidatura a la reelección tras una desastrosa actuación contra Trump en junio.
Whalen apunta que Estados Unidos «apenas ha tenido un debate vicepresidencial que haya tenido alguna diferencia apreciable» en el pasado, pero que el enfrentamiento del martes podría ser de «alta intensidad» para los espectadores amantes del teatro político.
Trump, al que muchos consideran perdedor del debate del 10 de septiembre con Harris, dijo que comentaría en directo el cara a cara entre el «brillante J.D. Vance» y el «muy desarticulado» Walz.
Su enfrentamiento podría ser elevado de tono ya que los micrófonos de ambos estarán abiertos todo el rato, lo que les permitirá interrumpirse. No habrá público en el estudio del debate, moderado por las presentadoras de la CBS Norah O’Donnell y Margaret Brennan.