Las personas con enfermedades mentales que necesitan el medicamento regresan a las farmacias de la ciudad, para que la lista sea más amplia y se reduzca el precio de la quetiapina
Enfermedad mental y los trastornos dañan a los pacientes, las familias y el medio ambiente y llenan cada vez más las calles de gente cada vez más joven que muestra signos de buscar tratamiento. Una tragedia que se ve reforzada por las crecientes restricciones a las personas en situaciones económicas precarias para acceder a los medicamentos.
Así, medicamentos como el litio, previstos en el Programa de Medicamentos Esenciales (Promese), son escasos desde hace muchos meses y en este caso de la fluoxetina es aún más grave, pues las farmacias que la venden dicen que ya no la tienen.
Estos medicamentos son (o eran) dispensados con receta médica en instalaciones hospitalarias, en la sede de agencias estatales y en lugares como la sede de la Asociación de Pensionistas de las Fuerzas Armadas
Fuera de estos lugares y con raras excepciones, estas llamadas farmacias de la ciudad hacen esto. no los vendas.
Su precio asequible ha calmado los presupuestos y las almas de los afectados y de quienes los reemplazan. Pero la dificultad para encontrarlas hace que personas como María eviten la dosis diaria, porque en las tiendas tradicionales pagan el triple.
«El dinero que gano como conserje me alcanza solo para comer. No, quiero dejar de tomarlo, pero ¿qué debo hacer? Dos lágrimas junto con su exclamación
A Rafael le pasó lo mismo, que ya no trabaja y su hijo Joselín lo mantiene con un pequeño salario como guardia de seguridad.
Muchos nombres llenan la lista de ciudadanos que llegaron a estas zonas, confiados saliendo con la cura en la mano y desilusionados por la realidad.
Necesitaban tres cosas: litio y hilar fluoxetina allá en estas zonas, el precio es de 30 pesos la unidad de quetiapina de 100 miligramos y las autoridades amplió la categoría.
Es decir, deberían pensar más en la salud mental, según la Asociación Mentalmente hay un problema de deterioro alarmante. Equivale a una amenaza grave.