Los dominicanos que dependen de la agricultura enfrentan dificultades. A veces por falta de agua. El frío y el calor extremos también se convierten en enemigos. En otros casos, los recursos no llegan a tiempo.
Y si llegan préstamos y agua, aparecen los daños: los tornados y los efectos secundarios que provocan. En definitiva, vivir de lo que produce la tierra es una «lotería». Apuesta por la incertidumbre. Conversando con Martín Peña y Gil Blas de la Asociación Bananera Dominicana -Adobanano-, se me ocurrió la idea de utilizar estas expresiones para unirme a ellos para alzar la voz y pedir urgente y mayor apoyo del gobierno a los afiliados. Creo que esta es la única región que ha regularizado y tecnificado los expedientes biométricos de los trabajadores extranjeros. Pero muchas personas tienen permisos de residencia caducados en el país y esto les preocupa. Martín y Gil piden a los 14.000 haitianos que trabajan en Adobanano que renueven sus permisos. De sus 22.000 trabajadores, 6.000 son dominicanos. Temen que si por esta escasez, en futuros allanamientos, secuestran a 5 o 10 de sus trabajadores, los cultivos puedan verse afectados y con ello la economía de la región también de decenas de hombres y mujeres de la zona. Apoyan las acciones gubernamentales encaminadas a regularizar la presencia extranjera, de ahí sus preocupaciones. Actualmente, Adobanano exporta semanalmente 316 contenedores de banano a Europa, para un total de 2.803 toneladas mensuales. Los ingresos procedentes de las exportaciones de banano orgánico han sustituido al azúcar, el café y el cacao. Pero si no reciben apoyo oficial para garantizar una fuerza laboral libre de “incertidumbre” y un mayor apoyo estatal, podrían reducir la producción e incluso colapsar. Dado que la producción agrícola es débil por muchas razones, pedimos al gobierno que se centre en los productores de banano del noroeste y comience por facilitar la legalización de los trabajadores extranjeros que emplean en las plantaciones cuyas licencias han expirado. Por favor, salga a tiempo para estrechar la mano de los productores de banano del noroeste.