Finalmente conocido con detalles que pueden ayudar a predecir el resultado, el proyecto de modernización tributaria presentado por el ejecutivo a la Asamblea Nacional ha recibido preocupantes reticencias de los sectores productivos y sociales. clase e incluso con predicciones de importantes impactos negativos; tal como se describe, tiene el potencial de privar al capital turístico y reducir significativamente la competitividad de las zonas francas, que actualmente están clasificadas como las mejores del continente. Si se considera una amenaza a la marcha triunfal que hasta ahora ha caracterizado a la industria de sol y playa y si los industriales organizados detectan en esta propuesta un claro sesgo respecto al valor que aportan a la economía nacional, preocupa que se trate de un paquete que necesita mucha optimización para adaptarse a las realidades dominicanas. Se esperaban tensiones a raíz de su creación, pero visto como necesario para que el país avanzara, el descontento inmediato desató un pesimismo preocupante.
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Una República que, a pesar de un presupuesto desequilibrado con un alto gasto público sin garantía de calidad y una deuda riesgosa, ha tenido un crecimiento con decisiones institucionales de estabilidad y ahora ve el miedo al futuro inmediato lleno de Es urgente conciliar puntos de vista para que la reforma tributaria se convierta en un instrumento de desarrollo equitativo y renazca la esperanza.
