Al intervenir en la XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en esta ciudad ecuatoriana, Álvarez señaló que la ausencia de conflictos interestatales en la comunidad iberoamericana no supone la inexistencia de criminalidad y violencia, fenómenos en los que, pareciera, por momentos, dijo, que nuestras acciones son insuficientes.
El titular de Exteriores manifestó que la violencia y el crimen organizado erosionan la base sobre la que se construye la convivencia pacífica y democrática de las sociedades, es decir, precisó, la confianza en las instituciones públicas.
Puntualizó que «esa desconfianza en el poder público para combatir a los infractores de la ley, a los corruptos y al crimen organizado, debilita la capacidad para resolver agudos problemas sociales».
En virtud de lo anterior, llamó a un nuevo enfoque de cooperación en materia de seguridad ciudadana para compartir mejores prácticas y recursos que permitan reducir la incidencia y fortaleza del crimen organizado.
Resulta irónico, expresó el titular, que siendo América Latina una de las mayores productoras de alimentos del planeta, la prevalencia del hambre y la subnutrición se mantenga como una sombra que opaca los avances en la ruta hacia el desarrollo alcanzados en las últimas tres décadas.
Por otro lado, el ministro Álvarez apuntó que los notorios cambios en el clima y en los patrones de lluvia incrementan la exposición a fenómenos naturales cada vez más poderosos e impredecibles, sumados a otras amenazas como la afloración descontrolada del sargazo en el Caribe y en Centroamérica.
En la Cumbre, cuyo lema fue «Innovación, Inclusión y Sostenibilidad», el canciller dominicano afirmó que «sin cooperación para mejorar nuestra resiliencia y adaptación a los efectos del cambio climático habrá más hambre, menos disponibilidad hídrica y mayor inseguridad alimentaria y ciudadana».