Corte de energía exacerba crisis multidimensional de Cuba Antes un incidente en una importante central térmica también provocó un colapso del sistema eléctrico (SEN) y dejó al país a oscuras por más de tres días.
Las consecuencias de estos recortes a lo largo de varios días son incalculables: desde la paralización de la estructura productiva, pasando por la pérdida de alimentos congelados en tiendas y hogares, pasando por colas en los centros de servicio (gasolineras), hasta la suspensión de suministros de agua, incluida la paralización de escuelas y afecta a hospitales, transporte y la valiosa industria turística.
A nivel macroeconómico, el impacto es claro. «Espero una caída muy significativa del producto interior bruto (PIB) este año», dijo a Efe el economista cubano Pavel Vidal, pronosticando «una tercera recesión desde la pandemia» para Cuba.
Según su valoración, el país ha caído en una «trampa de la pobreza» y su «capacidad y resiliencia» se han agotado. “Incluso si todo se hace bien, ya no hay posibilidad de salir de esta crisis”, argumentó. Política, afirmó que «en un país con condiciones -económicas y sociales- tan precarias como Cuba, el impacto de la paralización de los sectores manufacturero y de prestación de servicios es muy grave». «No hay desarrollo ni satisfacción de las necesidades humanas en el siglo XXI sin electricidad», afirmó en declaraciones a Efe. costos e impactos indirectos de los cortes de energía, Bahamonde enfatizó que los cortes de energía prolongados cuestan a las personas.
«Los ingresos de la mayoría de los cubanos no les permiten superar el contexto de esta crisis de inseguridad alimentaria y energética. y al mismo tiempo un éxito», afirmó.
Sobre este punto, subraya Rita García, directora del Centro de Reflexión y Diálogo Cristiano, quien se refiere al «terrible sufrimiento físico y mental «agotamiento» de «cada anciano, cada niño, cada madre». ante esta situación.
«La gente no puede más: es terrible. Más horas (corte) durante períodos especiales. Trabajamos 20 horas al día y estamos desesperados», dijo a Efe desde la localidad (occidental) de Cárdenas.
García también contó el «estrés» que supone mantener los cuidados a 120 personas muy vulnerables que llevar comida a sus casas todos los días.
La socióloga cubana Cecilia Bobes cree que en esta situación podrían producirse «protestas aisladas», aunque no se trata de una «pandemia similar a la de julio». 11, 2021″, la protesta antigubernamental más grande en muchas décadas.
Las “extremidades de incertidumbre” alimentaron “resentimiento”, “ira” y “un sentimiento de injusticia”, explica Bobes, pero también causaron tristeza y desesperación, lo que los llevó a despedirse, al igual que lo hizo la necesidad de garantizar la supervivencia y el despliegue de «recursos» por parte del gobierno para evitar protestas.
Incierto
Para la antropóloga social Katrin Hansing, profesora de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY ) y experto en Cuba, el prolongado apagón también generó «mucha incertidumbre», una «energía muy negativa» que provocó «una sensación de nerviosismo», «ansiedad» y «estresado».
. «Nosotros»Hemos tomado conciencia de una nueva realidad: se puede cortar la electricidad en cualquier momento durante mucho tiempo y sabemos que esto provoca no sólo una enorme inestabilidad sino también un malestar permanente», explicó.
Hansing Según él, estos recortes globales han elevado el listón simbólicamente pero también de manera más general «un sistema muy frágil», lo que plantea dudas sobre «el futuro de este país». cayó en una grave crisis durante cuatro años. A los largos cortes de energía diarios se suman la escasez de productos de primera necesidad (alimentos, medicinas, combustible), una inflación que ha triplicado los precios, una creciente dolarización y una ola de migración sin precedentes. El endurecimiento de las sanciones estadounidenses impuestas durante el primer mandato de Trump (2017-2021) y el fracaso de las políticas nacionales han exacerbado los problemas estructurales de la economía cubana.
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