Durante estos meses, las exposiciones se suceden una tras otra -incluso dos exposiciones el mismo día y a la misma hora- y, para ser honesto, la mayoría de ellas muestran obras de artistas maestros. Debido a este alto nivel, esperamos que todos asistan. Algo difícil… e imposible para quien los escribe, analiza o comenta. Rara es la persona que pasa en silencio, sin recibir la frecuencia de visitas que le corresponde.
Acaba de inaugurarse una exposición en el Museo de Arte Moderno que no dudamos en describir Su descripción es excepcional, en todos sus aspectos. Esta es una retrospectiva de Julio Valdez, quien ganó el Gran Premio en la última bienal del Festival Nacional de las Artes Visuales.
Puedes leer: Quién es Silvia Pinal, actriz típica del cine de oro mexicano Julio Valdez tiene edad y cualidades de maestro. Es un artista establecido en Nueva York, donde ha vivido durante más de 30 años.
Ha impulsado el éxito a través del trabajo duro, la energía creativa y una habilidad especial para multiplicar sus géneros artísticos. Dibujo -imprescindible en sus habilidades-, pintura, gráfica, instalación, etc. lo distingue como uno de los mejores sin olvidar las prácticas de gestión cultural de largo plazo. Su temperamento se inclina hacia una fuerte conciencia social y humana.
La exposición está ubicada en el primer piso, muy bien organizada y montada, acompañada de lo bueno, necesario y suficiente.
De En el momento en que llegamos y vimos las primeras pinturas, un grupo en su mayoría cuadros, nos invadió su encanto, con una distribución temática en tres lugares. Un verdadero encanto, si no queremos hablar de emociones.
Ahora bien, si la primera impresión es de alegría, acogida y relativa sencillez en la receptividad del espectador, a medida que la mirada se profundiza, la la observación se vuelve más compleja… y la fascinación aumenta. Además, desde el título comienza una pregunta: «Mapa de clase».
El término «Mapa» no deja de sorprender, con la tentación de implicar información hereditaria, transmitida de generación en generación. . generaciones hasta la formación del carácter humano. Pero pronto lo entendemos como un proceso de creación de una imagen, y la representación resultante, mediante “capas” esencialmente sucesivas de imágenes. Venimos a evocar la herencia caribeña, plural, mestiza, heredada, presente en algunos de los autorretratos de Julio Valdez. Este Caribe, bañado por el mar, lo conecta y lo divide…
Pinturas acuáticas verdaderamente mágicas, pinturas que vemos entrar, en el gran muro del andén de la estación, sacudiéndonos perceptivamente, superpuestas de forma transparente. , reverdeciendo el agua en movimiento, revelando y revelando segmentos humanos… Es el mar de julio de la región El Caribe, acogedor y peligroso, es más que las aguas neutrales del julio caribeño. newyorkino…
En espacios cerrados, los «autorretratos», vistas frontales y laterales, suelen mostrar una figura miope, sugiriendo el territorio. de un hombre real, abierto, cerrado, rodeado de naturaleza, signos, fragmentos, infinito… Esperamos pronto ampliar y ser más precisos – estos Esta obra maestra se merece esto eso es todo.
Hoy es una presentación simple…pero aún así quiero elogiar a Autorretrato, una sensacional ilustración de una pandemia, donde Gotas de sangre y virus amenazantes parecen flotar. Por eso, es un gran placer admirar una vez más el Gran Premio de la Bienal, ¡ahora en un lugar mucho mejor!
La retrospectiva incluye la tercera parte, la más social, cohesiva y atrevida. «No puedo respirar», recuerda el estrangulamiento policial de los negros y otros gritos contra el racismo.
Sin embargo, esta importante protesta tiene lugar en el pasillo frente al edificio del Auditorio, a menudo se olvidan de Míralo… Lo hemos visto en exposiciones. otro.
se le dio a julio Valdez:
«Respecto a la obra ganadora, esta es la única obra comprometida a documentar los tiempos oscuros del Covid-19 -de 2020 a 2022-, también con imágenes, todas están unidas por una terrible enfermedad y 15 muertes…
Linaje trágico, estos son retratos de personalidades aquí y en otros lugares, solo uno tiene un nombre incomparable y se convierte en un símbolo de innumerables víctimas… Luego otro desafío es el soporte: sólo las máscaras, «naturales», que favorecen la animación simbólica, dibujadas fielmente, tienen sencillez… no la sofisticación a la que Julio Valdez nos tiene acostumbrados”.
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