(BBC Mundo).-La primera transferencia de petróleo documentada por el Open Source Centre en un nuevo informe se produjo el 7 de marzo de 2024, siete meses después de que se supiera por primera vez que Pyongyang estaba enviando armas a Moscú.
Los envíos han continuado a medida que se ha ido informando del envío de miles de tropas norcoreanas a Rusia para luchar, y el último se registró el 5 de noviembre.
“Mientras que Kim Jong-un está proporcionando a Vladimir Putin un salvavidas para continuar su guerra, Rusia está proporcionando silenciosamente a Corea del Norte un salvavidas propio”, dice Joe Byrne del Open Source Centre.
“Este flujo constante de petróleo le da a Corea del Norte un nivel de estabilidad que no ha tenido desde que se introdujeron estas sanciones”.
Cuatro exmiembros de un panel de la ONU responsable del seguimiento de las sanciones a Corea del Norte han dicho a la BBC que las transferencias son una consecuencia del aumento de los vínculos entre Moscú y Pyongyang.
“Estas transferencias están alimentando la maquinaria de guerra de Putin: petróleo para misiles, petróleo para artillería y ahora petróleo para soldados”, afirma Hugh Griffiths, quien dirigió el panel de 2014 a 2019.
El ministro de Asuntos Exteriores de Reino Unido, David Lammy, le dijo a la BBC en una declaración: “Para seguir luchando en Ucrania, Rusia se ha vuelto cada vez más dependiente de Corea del Norte para obtener tropas y armas a cambio de petróleo”.
Añadió que esto estaba “teniendo un impacto directo en la seguridad en la península de Corea, Europa y el Indo-Pacífico”.
Suministro de petróleo fácil y barato
Aunque la mayoría de la población de Corea del Norte depende del carbón para su vida diaria, el petróleo es esencial para el funcionamiento del ejército del país. El diésel y la gasolina se utilizan para transportar lanzamisiles y tropas por todo el país, hacer funcionar fábricas de municiones y alimentar los coches de la élite de Pyongyang.
Los 500.000 barriles que Corea del Norte puede recibir están muy por debajo de los nueve millones que consume, lo que significa que, desde que se introdujo el límite en 2017, el país se ha visto obligado a comprar petróleo ilícitamente a redes criminales para compensar este déficit.
Esto implica transferir el petróleo entre barcos en el mar, un negocio arriesgado, costoso y que requiere mucho tiempo, según el Dr. Go Myong-hyun, investigador principal del Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional de Corea del Sur, vinculado a la agencia de espionaje del país.
«Ahora Kim Jong-un está recibiendo petróleo directamente, es probable que sea de mejor calidad y lo más probable es que lo esté obteniendo gratis, como contrapartida por el suministro de municiones. ¿Qué podría ser mejor que eso?».
“Un millón de barriles no es nada para un gran productor de petróleo como Rusia, pero es una cantidad sustancial para Corea del Norte”, añade el Dr. Go.
Seguimiento de las transferencias “silenciosas”
En los 43 viajes que el Open Source Centre siguió con imágenes satelitales, los petroleros con bandera norcoreana llegaron al puerto ruso de Vostochny con sus rastreadores apagados, ocultando sus movimientos.
Las imágenes muestran que luego regresaron a uno de los cuatro puertos de la costa este y oeste de Corea del Norte.
“Los barcos aparecen en silencio, casi todas las semanas”, dice Joe Byrne, el investigador del Open Source Centre. “Desde marzo ha habido un flujo bastante constante”.
El equipo, que ha estado siguiendo estos barcos desde que se introdujeron por primera vez las sanciones petroleras, utilizó su conocimiento de la capacidad de cada barco para calcular cuántos barriles de petróleo podían transportar.
Luego estudiaron imágenes de los barcos que entraban y salían de Vostochny y, en la mayoría de los casos, pudieron ver cuán bajos estaban en el agua y, por lo tanto, cuán llenos estaban.
Los petroleros, estiman, estaban cargados al 90% de su capacidad.
“En algunas imágenes podemos ver que si los barcos estuvieran más llenos se hundirían”, afirma Byrne.
En base a esto, los investigadores calculan que, desde marzo, Rusia ha entregado a Corea del Norte más de un millón de barriles de petróleo, más del doble del límite anual y alrededor de diez veces la cantidad que Moscú entregó oficialmente a Pyongyang en 2023.
Esto se produce después de que el gobierno estadounidense evaluara en mayo que Moscú ya había suministrado más de 500.000 barriles de petróleo.
La nubosidad hace que los investigadores no puedan obtener una imagen clara del puerto todos los días.
«Todo agosto estuvo nublado, por lo que no pudimos documentar ni un solo viaje», dice Byrne, lo que lleva a su equipo a creer que un millón de barriles es una cifra «de referencia».
Un “nuevo nivel de desprecio” por las sanciones
Estas entregas de petróleo no solo violan las sanciones de la ONU a Corea del Norte, que Rusia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobó, sino que además, más de la mitad de los viajes rastreados fueron realizados por buques que han sido sancionados individualmente por la ONU.
Esto significa que deberían haber sido incautados al ingresar a aguas rusas.
En marzo de 2024, tres semanas después de que se documentara la primera transferencia de petróleo, Rusia disolvió el panel de la ONU responsable de monitorear las violaciones de las sanciones, utilizando su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Ashley Hess, quien trabajó en el panel hasta su disolución, dice que vieron evidencia de que las transferencias habían comenzado.
«Estábamos rastreando algunos de los barcos y empresas involucradas, pero nuestro trabajo se detuvo, posiblemente después de que ya hubieran infringido el límite de 500.000 barriles».
Eric Penton-Voak, quien dirigió el grupo de 2021 a 2023, dice que los miembros rusos del panel intentaron censurar su trabajo.
“Ahora que el panel ya no está, pueden simplemente ignorar las reglas”, añade. “El hecho de que Rusia esté ahora alentando a estos barcos a visitar sus puertos y cargar petróleo muestra un nuevo nivel de desprecio por estas sanciones”.
Pero Penton-Voak, que está en la junta directiva del Open Source Centre, cree que el problema es mucho más profundo.
“Ahora tenemos a estos regímenes autocráticos trabajando cada vez más juntos para ayudarse mutuamente a lograr lo que quieran, e ignorando los deseos de la comunidad internacional”.
Se trata de un manual de estrategias “cada vez más peligroso”, sostiene.
“Lo último que queremos es que aparezca un arma nuclear táctica norcoreana en Irán, por ejemplo”.
Petróleo, ¿la punta del iceberg?
Mientras Kim Jong-un intensifica su apoyo a la guerra de Vladimir Putin, crece la preocupación sobre qué más recibirá a cambio.
Estados Unidos y Corea del Sur estiman que Pyongyang ya ha enviado a Moscú 16.000 contenedores llenos de proyectiles de artillería y cohetes, mientras que se han recuperado restos de misiles balísticos norcoreanos que explotaron en el campo de batalla en Ucrania.
Más recientemente, Putin y Kim firmaron un pacto de defensa, que llevó al envío de miles de tropas norcoreanas a la región rusa de Kursk, donde los informes de inteligencia indican que ahora están enzarzadas en una batalla.
El gobierno surcoreano ha dicho a la BBC que “responderá con severidad a la violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU por parte de Rusia y Corea del Norte”.
Su mayor preocupación es que Moscú proporcione a Pyongyang tecnología para mejorar sus satélites espía y misiles balísticos.
El mes pasado, el ministro de Defensa de Seúl, Kim Yong-hyun, declaró que había una “gran probabilidad” de que Corea del Norte estuviera pidiendo esa ayuda.
“Si estás enviando a tu gente a morir en una guerra extranjera, un millón de barriles de petróleo no es una recompensa suficiente”, dice el Dr. Go.
Andrei Lankov, un experto en relaciones entre Corea del Norte y Rusia en la Universidad Kookmin de Seúl, está de acuerdo.
“Solía pensar que no estaba en el interés de Rusia compartir tecnología militar, pero tal vez su cálculo ha cambiado. Los rusos necesitan estas tropas, y esto da a los norcoreanos más influencia”.
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