Según el veredicto del proceso iniciado en 2005, el expresidente deberá cumplir su condena en el penal de Chonchocoro, en las afueras de La Paz, pero primero Bolivia debe oficialmente
Condenan al expresidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada a seis años y tres meses de prisión por aprobar contratos petroleros sin aprobación de la Asamblea Nacional. juzgado en ausencia luego de un proceso de juicio que duró alrededor de 20 años.
La Corte Suprema de Justicia ha determinado que Sánchez de Lozada, de 94 años, y dos exministros Jorge Berindoague, Carlos Alberto Contreras y el exvicepresidente Según el veredicto leído este lunes, el ministro Carlos Alberto López fue declarado culpable de ser «autor del delito de incumplimiento del deber y conducta antieconómica».
El ministro de Justicia, César Siles, informó este martes en conferencia de prensa que el expresidente y sus ministros fueron juzgados en rebeldía y defendidos por defensores públicos. Sánchez de Lozada vive en Estados Unidos desde 2003. El gobierno boliviano solicitó la extradición del expresidente pero Washington no la aprobó. El expresidente tiene ciudadanía boliviana y estadounidense.
Siles agregó que el proceso sienta «un precedente y permite no sólo la extradición sino también el inicio de acciones para compensar daños de importante impacto económico». Según el veredicto del proceso iniciado en 2005, el expresidente deberá cumplir su condena en el penal de Chonchocoro, en las afueras de La Paz, pero Bolivia primero debe corregir y formalizar el pedido de extradición. nuevo.
El gobierno de Sánchez de Lozada (1993-1997 y 2002-2003) no pidió permiso a la Asamblea Nacional para firmar 107 contratos con empresas extranjeras de petróleo y gas. Estos acuerdos atraen inversión extranjera para desarrollar la explotación, exploración y distribución de hidrocarburos pero no son beneficiosos para el Estado
“Con estos contratos las petroleras ganan el 82% y el Estado sólo se queda con el 18%. Celebramos esta confianza”, afirmó el Ministro Siles.
Bolivia es uno de los principales exportadores de gas, pero sus depósitos han disminuido y ahora depende de las importaciones de combustibles.
Sánchez de Lozada también enfrenta cargos de genocidio tras las protestas callejeras de 2003 que dejaron 64 muertos y más de 400 heridos en la llamada «guerra del gas». quema», para rechazar el plan del entonces gobierno de Sánchez de Lozada de exportar gas a través de puertos chilenos
En septiembre de 2017. El año pasado, Sánchez de Lozada logró un acuerdo ilegal con las familias de ocho indígenas que murieron durante las protestas y acordó pagar daños y perjuicios, poniendo fin a un proceso legal de 16 años.