Según él, su restauración es parte de una iniciativa más amplia para proteger y restaurar bienes patrimoniales protegidos en esta iglesia, por ejemplo, un par de iglesias en el De estilo plateresco. altares, ocurridos en 2022 y 2023.
Ocultas desde hace 80 años, las imágenes de los mártires, quienes, desde lo alto, custodian la rectoría del santuario de la Asunción del Cielo, en la ciudad de Santa María Huiramangaro , en Michoacán, ha vuelto a ver la luz gracias a un equipo de expertos en restauración y preservación del patrimonio cultural, quienes han develado una decoración de cuatro siglos de historia.
La culminación del rescate visual en el techo de la parroquia es gracias a la cooperación entre la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Fondo de Apoyo a la Recuperación La Comunidad de Monumentos y Patrimonio Artístico y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Centro INAH Michoacán, con el Ayuntamiento de Pátzcuaro, la Comisión adopta la obra de arte AC, en la entidad antes mencionada y en la comunidad.
La restauradora del Centro INAH Michoacán y supervisora de las obras, Laura Elena Lelo de Larrea López, explica que “este proyecto nos ha permitido restaurar una obra extraordinaria en la cobertura horizontal del altar mayor, y explorar la rica desarrollos artísticos, técnicos e iconográficos que han marcado este sitio religioso.»
La intervención reveló un rico y colorido con Tres capas de imágenes se superponen entre sí. La más antigua, del siglo XVI, corresponde a la creación de un conjunto de imágenes que, entre otras, representan a los santos Pedro y Pablo, santa Catalina de Alejandría y Águeda de Catania, y a la Sagrada Familia, con el Niño Jesús portando la túnica franciscana. hábito.
Su restauración, dijo, es parte de una iniciativa más amplia para proteger y restaurar los bienes patrimoniales protegidos en esta iglesia, como un par de tablas. altar de la iglesia plateresca, que fue intervenido en 2022 y 2023.
Lelo de Larrea comentó que al igual que sucedió en estos altares, durante la intervención del techo horizontal, observamos que fue renovado en años 40 del siglo XX, cuando se aplicó un repintado general con pintura blanca, diseño azul, «una redecoración que provocó un cambio de cara de la plaza».
A medida que avanzaba este trabajo, supervisado por el Centro INAH Michoacán, las restauradoras responsables de la intervención, Joselia Cedeño Paredes y Gabriela Fernanda Contreras González, fueron confirmando la existencia de tres diferentes capas de imágenes, en el piso de la iglesia.
Capa de imagen mencionada anteriormente del siglo XVI es una pintura al temple del el personaje, pintado con fino esmalte, es visible en el halo y el paisaje de fondo. Durante el siglo siguiente, se aplicaron pinturas al óleo en tonos vibrantes, como el verde y el naranja, a las ropas de las figuras para resaltar los episodios.
Durante el siglo 20, se utilizó pintura acrílica para retocar las obras. encarnaciones y rostros de los personajes, parcialmente borrados en años anteriores. Respetando en gran medida los bocetos originales del siglo XVI, estos rediseños tuvieron como objetivo principal realzar la decoración de la iglesia.
Joselia Cedeño y Gabriela Contreras informan que la atención prestada a las tablas y molduras del techo incluye una variedad de acciones: limpiar polvo y excrementos de pájaros, desinfectar insectos carpinteros, reforzar las galerías con cola de conejo, instalar carpintería de madera, reforzar los paneles con ensamblajes, eliminando repintados modernos, así como reintegrando el color con pulimento en las partes faltantes de la capa de imagen.
Con procesos técnicos El arte descrito anteriormente, también se han incorporado bastones, tabiques y cuerdas franciscanos. restaurados, elementos que forman la parte superior del techo exterior del templo.
Estos resultados representan un importante paso adelante en la restauración del cofre del monje. Templo de la Asunción de María; Sin embargo, el próximo desafío será la intervención del desaparecido altar lateral, ubicado en la iglesia, luego el altar correspondiente al techo horizontal de la nave del templo, donde aún se esconde la policromía virreinal.
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