En San Carlos la Navidad no sólo se celebra sino que también se vive, expresando el verdadero significado de la estación.
En una noche de diciembre, los barrios del Santo Domingo irradia un espíritu único. Las calles se llenan de color y luz, decoradas con charamicos, marquesinas hechas de tubos y tapas de plástico, e imágenes únicas de vecinos trabajando juntos.
Con muchos años, esta costumbre ha desaparecido. Barrios como Herrera, Villa Juana, Villas Agrícolas, Ensanche La Fe y Los Ríos, que alguna vez brillaron con creatividad, hoy parecen aburridos.
Pero no todo está perdido. El Barrio San Carlos, año tras año, brilla gracias al esfuerzo colectivo de sus vecinos que, con ingenio y dedicación, transforman las calles en un espectáculo de luces y adornos.
En San Carlos, la Navidad no sólo se celebra sino que también se vive, expresando el verdadero significado de la temporada.
Sad Herrera
Esta área tiene solo unas pocas ventanas bien iluminadas Se encienden tradicionales bombillos navideños, mientras las calles permanecen a oscuras reflejando aislamiento y pérdida del espíritu comunitario.
Emely Galván describe su barrio con melancolía. «Aquí cada ocho años pintan el borde de la acera. Hace mucho que no la decoran.»
Para ella, la calle no sólo carece de decoración sino también de punto de vida.
Cuando se le pregunta por qué cree que esta tradición ha desaparecido, Emely señala un cambio más profundo en la dinámica social. “Hay mucho odio”, dijo, “y por eso entiendo que la gente ya no se junta para hacer cosas buenas”.
En Villas Agrícolas
Rosmery Hernández, quien creció en esta zona al norte de la capital, lamenta que las cosas hayan cambiado. «Nadie tiene la motivación, ni siquiera en mi propia casa, para decorar. Las cosas ya no son lo mismo», comparte con evidente tristeza.
Para Hernández, la apatía es común. Incluso las instituciones que anteriormente promovían la solidaridad y la cooperación en el barrio, como las asociaciones de vecinos, parecen estar ausentes.
«Cuando se trata de política, siempre da la cara. Pero se reunieron para traer la industria que se alegra cuando llega la Navidad, parece que su cooperación es imposible”, comentó Hernández.
Otros sectores han roto con la tradición de adornar las calles. Los suyos son Ensanche La Fe, Los Ríos, Villa Juana y Los Guaricos. Sin embargo, San Carlos destaca entre todos estos lugares por su iluminación navideña y su unidad como comunidad.
Navidad en San Carlos
Los primeros entusiastas en decorar las aceras de San Carlos Carlos Son jóvenes de la zona, quienes con su propio dinero pagan los diversos materiales necesarios para embellecer la zona de su barrio.
Esto es cómo dice Yeral Jiménez, impulsor de esta tradición, que las decoraciones de todas sus calles, las paga él y sus amigos.
Jiménez dijo a Listín Diario que las decoraciones hasta el momento incluyen una inversión de más de 5 mil pesos, con tubos en 200 pesos, guirnaldas en 30 pesos y luces navideñas hasta en 400 pesos. Esto hace que la finalización sea un poco lenta, pero Jiménez confía en que lo lograrán.
Consejo Vecinal
Janoika de Óleo, candidata al consejo vecinal de San Carlos, compartió con entusiasmo cómo trabajan para llevar el brillo navideño a su comunidad.
Desde el año pasado, son responsables del alumbrado público y de mayo. Este año ha sido especialmente gratificante gracias al apoyo de la comunidad de antemano.
«Este año hemos recibido un buen apoyo de la comunidad, así como del Barrio del Presidente del Comité de Apoyo y Desarrollo, con la aporte de bombillos y cuadros”, expresó su orgullo.
Además de adornar las calles, la comunidad también organiza actividades para fortalecer el espíritu solidario como aguinaldos y cenas navideñas. nacido.
“Nos unimos, jóvenes dispuestos a seguir iluminando y embelleciendo el barrio”, dijo De Oleo con entusiasmo.
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