La actividad fue organizada en colaboración con el Departamento de Interpretación y Traducción de la prestigiosa Universidad Estatal de Mármara, contando con un programa memorable y la entusiasta participación de estudiantes y profesores, quienes resaltaron la historia y riqueza cultural compartida por dos naciones unidas por caminos ancestrales.
Según un comunicado de prensa, “El éxodo libanés-otomano hacia la República Dominicana a finales del siglo XIX y principios del XX» fue el título de la gran conferencia impartida por el Embajador Elvis Alam, eje central del encuentro al que asistieron 300 estudiantes.
Elvis Alam, un diligente investigador en estos temas, presentó a los asistentes el contexto político, social y económico bajo el cual familias de esta región del mundo decidieron migrar a República Dominicana, así como. El impacto que sus contribuciones han tenido hasta ahora en la configuración de los sistemas económicos, sociales, culturales y humanos de la República Dominicana.
Es cercano. En una importante contribución y declaración de apertura de la conferencia, uno de Los alumnos de Mármara presentaron un estudio sobre la migración otomana a América Latina, mencionando a República Dominicana.
De igual manera, Profesor y Ph.D. Sueda Özbent, directora del Departamento de Traducción e Interpretación, pronunció un discurso en el que destacó la importancia de estas iniciativas para fortalecer los vínculos académicos y culturales entre países, así como el papel de la cooperación internacional en el fortalecimiento de esa relación.
Como parte del programa, estudiantes y profesores interpretarán obras de teatro en español y turco, el poema «Los Inmigrantes», de Norberto. James Rowlings, y «Canto al Líbano y al Líbano», de José Rafael Abinader, padre del Presidente de la República Dominicana, Luis Abinader Corona.
Personas presentes en el evento realizado el pasado 4 de diciembre describieron la escena tan conmovedora, evidencia de la sensibilidad que los jóvenes de Türkiye pueden tener hacia las condiciones más espantosas de la condición humana.
La actividad termina con cócteles de sabores comunitarios, al ritmo de música autóctona. del país caribeño y un estrecho diálogo entre distintas generaciones sobre la gastronomía, el arte, la literatura y la idiosincrasia de República Dominicana.
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