En el corazón de Córdoba, Argentina, nació Carolina Escudero, una mujer cuya pasión por el arte y las texturas la llevó a crear GIPCCO, una marca que cruza fronteras, une culturas y celebra la esencia de la artesanía. Aunque su carrera inicial estuvo lejos del diseño de moda, Córdova encontró una manera de combinar su creatividad innata con una visión única que define su trabajo hoy.
«Desde que era niña, me ha fascinado “Telas, colores y detalles minuciosos”, afirma la diseñadora. Sin embargo, cuando llegó el momento de elegir una carrera en la universidad, decidió cursar una licenciatura en fisioterapia y kinesiología, carrera que estudió durante 15 años. Al mismo tiempo, exploró su amor por la moda, aunque con timidez, hasta que los cambios de la vida no la ayudaron a descubrir su verdadera vocación.
Hace 13 años se mudó a los Estados Unidos. El primero de ellos lo dedicó a sus hijas, pero el deseo de expresarse a través del diseño permaneció oculto. Entonces decidió darle una oportunidad a su afición y comenzó a diseñar chaquetas únicas que ofrecía a sus amigos. «Cuando trabajas con pasión, no hay límites», dice.
Su talento llamó la atención de una actriz que la invitó a participar en la creación de una colección especial de chaquetas. Este fue el punto de partida de la posterior marca GIPCCO, que rápidamente conquistó los mercados de México, Argentina y Estados Unidos. Desde entonces, Carolina no ha mirado atrás, combinando piezas únicas con una visión que honra la artesanía y la sostenibilidad.
La creativa define su estilo como poco convencional, atemporal y profundamente arraigado en la autoexpresión. Cada producto GIPCCO cuenta una historia no sólo sobre el diseño, sino también sobre las manos que lo hacen. “No me gusta trabajar en un formato masivo. “Prefiero crear prendas únicas y exclusivas que encarnen el trabajo y el alma de los artesanos”, explica.
Uno de los proyectos más significativos de su carrera fue un proyecto de colaboración con comunidades indígenas. Inspirada en el jaguar, símbolo cultural y espiritual, la colección no solo mostró el talento de las mujeres que recolectaban plantas para teñir las telas, sino que también les permitió valorarse como creadoras. «Fue increíble mostrarles a estas madres aborígenes lo talentosas que son y hasta dónde puede llegar su arte», dice emocionada.
El proceso creativo: un rompecabezas lleno de historia
Para Carolina, el diseño comienza con los materiales. Cuando viaja, siempre lleva consigo botones, encajes o telas vintage que la inspiran. Luego, cada pieza se crea como un rompecabezas directamente sobre el maniquí. «Mi objetivo no es seguir tendencias, sino crear prendas que perduren y hagan sentir único a quien las usa».
Sus materiales favoritos son el lino, el algodón, la organza vintage y la gasa. así como cinturones y fajas. , elaborado en alpaca y piedras naturales. Cada colección está diseñada con la máxima atención al detalle, dando como resultado prendas que son verdaderas obras de arte.
Sostenibilidad y raíces: moda con conciencia
En un mundo Allí donde el consumismo tiene éxito, se compromete con los principios del desarrollo sostenible. “La idea es volver a nuestras raíces, preocuparnos por el impacto que tenemos y ser más conscientes de lo que producimos”, dice. Este enfoque define a GIPCCO y tiene como objetivo transmitir cultura y conectar a las personas con sus raíces.
Su última colección «Tribal Spirit» es un homenaje a las texturas, patrones y artesanía de las tribus indígenas. Elaborada con hilos naturales ecológicos, cada pieza captura la esencia del estilo bohemio al tiempo que rinde homenaje a las comunidades indígenas que inspiran su trabajo.
Para Carolina, la moda es un lenguaje universal. Una oportunidad para contar historias y celebrar la diversidad. Su visión no se limita al diseño de prendas, sino que también apunta a integrar música, sonidos y tradiciones culturales en cada presentación de sus colecciones.
«Vivir fuera de Argentina me ha permitido recibir influencias de diferentes partes del mundo. , pero siempre con el mismo objetivo: transmitir la autenticidad y el alma de cada diseño”, concluye.
A través de GIPCCO, Carolina Escudero invita al mundo a celebrar su singularidad, su Honrar la artesanía y apreciar El viaje de autodescubrimiento que representa cada prenda. Desde sus orígenes en Argentina hasta sus colaboraciones internacionales, la marca es un recordatorio de que la moda puede ser un puente entre culturas y una expresión de lo inusual.
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