Juan Pablo Duarte es conocido por los dominicanos como el principal artífice de la independencia nacional, pero su vida personal, sus talentos y su carisma revelan facetas menos exploradas que enriquecen su figura histórica.
No sólo es un estratega, sino también Político y acérrimo defensor de la soberanía, Duarte fue también un hombre culto, romántico y visionario, según datos del historiador Iván Gastón y el Instituto Duartiano.
Lejos de la imagen solemne que domina su legado, Duarte fue considerado atractivo, carismático y notable en los círculos sociales de la época. Según Iván Gastón, “Duarte era lo que la juventud de hoy llamaría un Popi. Duarte era un hombre blanco rico, hombre de dinero, tocaba la guitarra, hablaba inglés, era actor.»
El historiador también señaló que Duarte tuvo un romance con María Antonieta Bobadilla , sobrina de Tomás Bobadilla, aunque esa relación terminó, lo que pudo haber afectado la relación entre ambos hombres.
«Él tenía una novia que era sobrina de Bobadilla y quería hacerlo por una buena razón. Bobadilla no sabe de él porque Duarte dejó a la sobrina de Bobadilla y no se casó con ella, bromeó Gastón.
Sin embargo, el Instituto Duarte documenta que «el ‘amor más largo e intenso’ de Duarte fue Prudencia Lluberes, conocida.» como ‘La Nona’. Su relación con ella influyó profundamente en su vida, tanto que se prometieron amor eterno. Antes de viajar a Alemania, Duarte le regaló un anillo en señal de su compromiso. Prudencia nunca lo volvió a ver y murió soltera mientras esperaba su regreso.
Duarte se distinguió no sólo por su papel en la lucha por la independencia, sino también por su profundo humanismo y pensamiento progresista. Su formación incluía materias como filosofía, historia, economía, política y asuntos militares, y además hablaba seis idiomas: español, francés, inglés, portugués, alemán y latín.
Su carisma lo convertía en un hombre natural. talento para Líder de la juventud de aquella época, que lo seguía no sólo por sus ideales sino también por su personalidad: “Para tener un grupo de muchachos detrás de ti, tienes que tener carisma”. Duarte era un hombre que tocaba la guitarra En el siglo XIX, «un hombre que tenía recursos y luego viajó, y cuando llegó a Europa se llevó todos sus conocimientos y los compartió aquí», explicó Gastón. .
Además, el héroe era un apasionado melómano, tocaba instrumentos como la guitarra, el piano y la flauta y fue fundador de sociedades culturales como La Dramática y La Filantrópica, que buscaban promover la crítica pensamiento y patriotismo.
La fe cristiana de Duarte fue el soporte más importante de su visión de la República. Esto se refleja en el Juramento Trinitario, que invoca a la Santísima Trinidad, y en los valores grabados en la bandera nacional: Dios, Patria y Libertad. Para Duarte, estos principios representaban no sólo la espiritualidad, sino también la inclusión y el compromiso con el proyecto de una nación libre y justa.
Gaston muestra que entre los documentos menos conocidos de Duarte, una carta del agente británico Theodore Stanley Heneken, quien reafirmó la soberanía y el derecho del pueblo dominicano a la península y la Bahía de Samaná. En ella, Duarte expresó su espíritu nacionalista y su voluntad de establecer relaciones comerciales y de amistad con otros países, siempre sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo.
«Estimado señor, le confirmamos la recepción de su carta. del 8 del presente mes, cuyo contenido nos informa de la protesta que usted presenta en nombre del Gobierno británico contra la ocupación de la Península y la Bahía de Samaná por una fuerza extranjera. Consideramos que una protesta de esta naturaleza es inadmisible, ya que dicha península y Bahía pertenecen a nuestro territorio y el pueblo dominicano, como pueblo libre y soberano, tiene todo el derecho a disponer de lo que le pertenece.
«Después de la reforma, Sin embargo, por la composición de este Consejo, creemos poder asegurarle que el Gobierno de Su Majestad Británica no tiene motivos para alarmarse por la ocupación extranjera de la referida Península de Samaná, ya que toda la población se opone a cualquier interferencia extranjera en nuestra política, y Nos parece que las razones de su protesta son, pues, disperso. Nos preocupa mucho no tener el honor de acercarnos a un agente reconocido en este momento y esperamos que usted esté dispuesto a expresar al Gobierno de Su Majestad su sincero deseo de que establezcamos relaciones comerciales y bilaterales mutuas. una amistad que pueda dar frutos en el futuro y proporcionar recursos útiles para ambos pueblos».
Esta carta fue puesta a disposición del diario Hoy por el historiador Iván Gastón.
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