La mina de oro es nuestra, pero Barrick Gold es dueña del 100% de la empresa engañosamente llamada «Pueblo Viejo Dominicana». El Estado es propietario de la mina, pero no es copropietario de la empresa. El primer fraude.
Barrick heredó el mineral, pero no se hizo responsable de los enormes daños ambientales ocurridos antes, sino que los transfirió al Estado, y el Estado lo aceptó obedientemente. Lo mismo se aplica a los nuevos daños ambientales. La empresa minera actúa como entidad retenedora de impuestos y deducible de impuestos estatales. Por favor, lea atentamente el artículo 7.2 de la enmienda.
Las estafas consecutivas, aceptadas ciegamente, son características de las enmiendas mencionadas anteriormente. Entre ellas se encuentran la presa asociada a la presa de relaves de Llagal y la presa que ahora quieren imponer con características similares.
Cuando la mina cierre, los costosos costos de administración de esas presas y cualquier desastre posterior costarán el país muy caro. .
El artículo 9.3 es brutal: el oro es de Barrick, las lagunas envenenadas (prohibidas en muchas partes del mundo) son un legado eterno impuesto al Estado, a pesar de que el hecho es que no existen. Todavía hay otras opciones.
Tras el desplazamiento forzado, coercitivo y violento de la comunidad, Barrick busca una negociación en la que se acepte la presa de relaves húmedos de la empresa y el gobierno pague la compensación y el riesgo. Se trata de una explotación neocolonial inaceptable.
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