Roma, 3 ene (EFE).- Milán se ha convertido en la primera ciudad italiana en permitir entierros comunitarios entre humanos y animales en sus cementerios, tras la epidemia la histórica decisión del Ayuntamiento de la capital norte del país de dejar que las cenizas de las mascotas reposen para siempre en las tumbas de sus dueños.
Perros y gatos, pero también «Los roedores, pájaros, peces, tortugas, conejos, hámsteres, hurones y todos los demás animales mantenidos con fines de compañía o de entretenimiento, no con fines de producción, trabajo o alimentación, pueden ser enterrados en los cementerios de Milán con sus propietarios», indicó el Consistorio el su sitio web.
«Fue un acto de civilización que mucha gente estaba esperando», destacó la asesora de la Función Pública, Gaia Romani. que se trata de una iniciativa «muy sensible» que responde a los deseos de las personas que consideran a los animales parte integrante de su familia.
Por ello, el Ayuntamiento La ciudad de Milán es pionera en la aplicación de la ley regional de 2022 que establece los protocolos y procedimientos necesarios que exigen la solicitud de un entierro común y aunque no sea posible porque el nombre del animal aparece en la tumba de su dueño, si hay una foto del mismo. dos para recordarlos juntos.
«Cualquier leyenda que mencione al animal y coloque su imagen también está prohibida en lápidas o tumbas familiares; Sin embargo, se permite una foto del difunto con su mascota», explicó el Ayuntamiento.
Los entierros se pueden realizar en las celdas (un total de dos urnas crematorias, incluida una de los animales), en urnas (máximo de tres urnas/cenizas) o en tumbas familiares (en cuyo caso el entierro del animal debe ocupar el espacio de una urna para cenizas).
«Condición principal debido a que las leyes autonómicas establecen que el animal debe ser enterrado con su dueño o previo entierro en el mismo lugar de sepultura o tumba familiar», por lo que «no está permitido dispersar las cenizas del animal en los cementerios, ni su traslado a un cementerio general o morgue». «, agregó.
El movimiento de un dueño fallecido puede resultar en la remoción de las cenizas del animal y «en caso de que el nuevo destino no pueda acomodar a ambos, las cenizas del animal Los objetos deben ser recogidos por los familiares del difunto o de la persona que solicita el traslado.»
En más que existencia es una novedad legislativa, una iniciativa del propio Ayuntamiento de Milán que refleja el cambio cultural en la sociedad italiana. demostrando que las mascotas son una parte integral de la vida amorosa y emocional de las personas.
«Hoy en día, cada vez son más las personas que conviven con ellas y que fomentan una relación que se puede comparar con una relación que tienen con un familiar cercano y saben que pueden descansar en paz junto a él, garantizando un entierro digno. Alivio para las personas. Aman a los animales y comparten parte de su vida con ellos”, resume Romani.
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