Anna: «No hay tiempo o nivel en la batalla. No está curado. Eternal»

Este es uno de los textos complejos que tuve que escribir. Cuatro años después, el 20º lugar fue a la población de Cuba. Al principio pensé que este artículo era sobre la migración y el dolor de la madre, que pierde a su hijo en el color de los jóvenes unos meses después de llegar a los Estados Unidos. Entonces me di cuenta de que la historia tenía sus propias reglas y que la muerte se podía ver desde el otro lado, una historia de amor. Al menos esto sucedió cuando dije con Anna Lidia Baltran, la madre de Reidel Daniel Rodríguez (Dani) hijo, eso es todo para su madre. Este es único, especial, cada lugar importante de tus padres. Durante el embarazo, el cuerpo de la madre contiene un niño, y para siempre está las células de cada niño, lo cual está científicamente probado. Un niño es amor, alegría, responsabilidad, cuidado, víctimas, coraje, dedicación y todos los adjetivos positivos que no me llegarían a un libro. La madre incluso puede hacer lo que no hará por sí misma. Para mi hijo me mudé al cielo y a la tierra, intentaría tanto como sea necesario si la vida me diera una oportunidad diferente.
Anna – Bueno, si puedo ver el dolor por pérdida, es una señal de esperanza de que todavía no piense. En mi caso tuve que avanzar solo. Mi red de apoyo tenía un gran agujero, porque después de 5 meses su padre decidió que su padre terminó nuestro matrimonio de 29 años y tuve que trabajar muy duro para mantener a mi familia. Mi hija fue destruida por la pérdida de su hermano menor, mi madre ha perdido a su nieto de que ella era su amada hija. Fuimos arrojados a una nueva ciudad porque fuimos atraídos de Sancti Spiritus para La Habana a estos datos, y tuve que cuidar a mi familia y limpiarla). Así que no era esperanza lo que me dio fuerza, debería ser sincero. Fue el instinto de la preservación. Fui responsable de irme, protección y alimentar a mi familia. Comencé a trabajar exactamente 3 meses después de dejar el tributo en el Instituto de Filosofía (IF). La entrada al grupo Renacer Cuba fue útil. Fue una gran tarea regresar a la formación universitaria y detenerse frente a la clase en la que mis alumnos son la edad de mi hijo. No puedo responder a esta pregunta y no permitir un viaje a través de avatares de supervivencia. Pero si esto sirve a otras madres que están sujetas a la misma, la investigación, la responsabilidad y las obligaciones fueron mis aliados con mi hija, que deberían asumir el papel de apoyo y tratar con su duelo y yo.
jp- Anna para recordar a su hijo, tomó un diseño de amor, dime
Anna – Quiero que la vida de Dani sea por nada. Para hacer esto, pensé que el turno de niños y adolescentes que se están preparando para los jugadores, en particular un portero o arquero que era el apasionado de mi hijo. Tengo varias ideas, pero debería ser práctica porque la realidad de Cuba debería ser práctica. Visito el área deportiva que está a 5 cuartos de mi casa, así que regreso y regreso. Como tengo más de un trabajo, mi tiempo libre es mínimo, así que voy durante el día. Traté de encontrar apoyo para poder hacer una contribución significativa para entrenar a estos jugadores, pero desafortunadamente no tuve éxito. En este momento solo voy a la plaza, me quedo mientras dura el entrenamiento, y en otros casos voy el fin de semana cuando los muchachos jugaron en la pelota callejera en el vecindario. Este proyecto recién comienza porque también tengo que trabajar y visitar mi casa. Sin embargo, creo que puedo ayudarme a mantener el legado de mi hijo es solo fútbol y capaz de apoyar a niños y niñas porque también hay niñas. Esta es la mejor manera que he descubierto que la vida de Dani no es para nada. Para otras madres, puedo decirles que cada duelo es único. No hay recetas. No hay tiempo, no hay etapas. No se cura. Eso es para siempre.