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Este miércoles se cumplieron 25 años de la noche en que el antesalista dominicano de los Cardenales, Fernando Tatis padre, conectó dos jonrones con bases llenas en un mismo episodio en el Dodger Stadium. Lo que fue aún más impresionante es que lo hizo ante el mismo pitcher (Chan Ho Park). Nadie había conectado dos cuadrangulares con las bases repletas en una misma entrada, nadie lo ha hecho desde entonces y es posible (quizás muy probable) que no vuelva a suceder.
“¿Con qué podría compararse?” dijo el legendario narrador de los Dodgers, Vin Scully, al St. Louis Post-Dispatch después de ocurrir el hito. “No sé si puede compararse con otra cosa. Es absurdo que haya sido en un inning”.
Es posible que Tatis sea ahora más conocido por ser el padre de Fernando Tatis Jr., pero pase lo que pase con la carrera de la estrella de los Padres de San Diego, su papá siempre tendrá un lugar en los libros de récords. Tras más de dos décadas y media desde la doble dosis de grand slams otorgada por Tatis, vamos a analizar esta increíble hazaña.
¿Cómo sucedió?
El 23 de abril de 1999, 46,687 personas asistieron al Dodger Stadium en una fría noche de viernes.
No había pasado mucho tiempo desde que San Luis adquirió a Tatis, proveniente de Texas, en la Fecha Límite de Cambios de 1998. El dominicano cerró ese año bateando bien y comenzó 1999 en un gran momento, llegando al Dodger Stadium bateando .250/.390/.542 con cuatro vuelacercas y 11 remolcadas. El oriundo de San Pedro de Macorís, de 24 años en ese entonces, estaba justo por detrás de Mark McGwire en la alineación.
El lanzador que enfrentaron los Cardenales esa noche no estuvo en su mejor momento. Park fue un derecho que llegó desde Corea de Sur y se estableció como pieza importante de la rotación de Los Ángeles. En 1998 tuvo un sólido promedio de carreras limpias de 3.71 y su proporción de 0.65 jonrón permitido por cada nueve entradas fue el 10mo menor, entre 96 lanzadores calificados en las Mayores.
Tras dos entradas, no había pasado nada fuera de lo común, y los Dodgers contaban con una ventaja de 2-0. Pero allí comenzó todo.
Dos sencillos y un bateador golpeado llenaron las bases sin outs para Tatis, quien detonó un cuadrangular hacia el bullpen del jardín izquierdo, haciendo que el narrador describiera el batazo con una “distancia McGwire”.
Mucho tenía que pasar para que Tatis tuviera otra oportunidad. Y bueno, mucho pasó.
Un out después, el cubano Eli Marrero pegó jonrón. Tras dos bases por bolas en fila, el lanzador dominicano de los Cardenales, José Jiménez, intentó sacrificarse con un toque de bola, pero Park no pudo forzar el out en tercera y se llenaron las bases. Darren Bragg pegó un roletazo hacia el primera base Eric Karros, quien lanzó al plato, pero el receptor Todd Hundley tuvo que salirse por un error en el disparo. El colombiano Edgar Rentería dio un sencillo productor de una carrera y luego McGwire falló con un elevado. Esta serie de eventos le dejó la mesa servida a Tatis para regresar con las bases repletas y San Luis arriba en la pizarra 7-2.
Park ya había hecho 81 lanzamientos, incluyendo 42 en la entrada, pero los Dodgers lo habían mantenido en la lomita (el mánager Davey Johnson había sido expulsado tres bateadores antes).
Tatis, con la cuenta llena y ante un Park exhausto, bateó un lanzamiento rompiente que quedó tendido (el 87mo y último pitcheo del serpentinero de los Dodgers en el partido) y lo depositó en los asientos del jardín central-izquierdo.
“No creo que vuelva a suceder”, dijo Park a The Athletic en el 2023.
Park disfrutó de una sólida carrera en las Mayores, lanzando casi 2,000 entradas en 17 años. Fue seleccionado a un Juego de Estrellas y ganó 124 partidos. Pero su trabajo de esa noche quedó así: 2.2 episodios, ocho imparables, 11 carreras (seis limpias), tres boletos, dos ponches y tres jonrones. Sólo 21 abridores han tenido un juego de 11 carreras permitidas en menos de tres entradas.
¿Cuán improbable es que se repita?
Conectar dos grand slams en una entrada es una tarea difícil. Eso es obvio. Pero se demuestra aun más lo impresionante del hecho al investigar los números.
“Tienes más probabilidades de ganar la lotería”, le dijo McGwire al Post-Dispatch. Una hipérbole que no está tan alejada a la realidad.
Según Baseball Reference, ha habido alrededor de 3.9 millones de entradas lanzadas a lo largo de la historia de las Mayores. Y en apenas una de esas un mismo jugador dio dos cuadrangulares con bases llenas. Pero incluso eso no abarca toda la dificultad.
El especialista en datos de MLB.com, Tom Tango, revisó los números y encontró lo siguiente:
* Se necesita de un típico cuarto bate de poder que dispare 30 jonrones por temporada (600 veces al bate).
* Ese mismo bateador llega al plato en la primera entrada el 62% de las veces, y el 1.7% de esos turnos son con las bases llenas. Sólo el 5% de esas oportunidades resultan en vuelacercas.
* Ahora viene la parte difícil. Incluso después de conectar el primer cuadrangular con casa llena, nuestro bateador tiene 1.5% de oportunidades de volver al plato en ese inning. En ese caso, el 21% de las veces al bate sería con las bases llenas, pero nuevamente, el cuadrangular ocurre en un 5%.
El resultado final: Alucinantes probabilidades de 12 millones a uno, para que este hecho en particular se pueda concretar.
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