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Al menos 58 fallecidos y más de 100 lesionados tras un ataque aéreo estadounidense contra un puerto empleado por los hutíes en Yemen

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E Israel, mientras que han denunciado que alrededor de un centenar de personas han muerto por los nuevos bombardeos estadounidenses.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

— EE. UU. anuncia nuevo ataque contra hutíes en Yemen

Al menos 58 fallecidos y 126 heridos dejó el bombardeo de Estados Unidos del jueves contra el puerto petrolero de Ras Issa, en el mar Rojo, según información de medios afines a los hutíes de Yemen, citados por Reuters.

El canal de televisión Al Masirah, portavoz de los hutíes, indicó en un primer informe que el ataque estadounidense había provocado la muerte de 17 personas y heridas a unas treinta.

Sin embargo, en la madrugada de este viernes informó de la muerte de 38 personas, mientras que 102 sufrieron heridas, en un reporte del que se hizo eco la cadena catarí Al Yazira. Hace apenas unos minutos, esa cifra de víctimas mortales ha aumentado hasta 58 personas.

El Comando Central de Estados Unidos (Centcom) aseguró, en un comunicado, que destruyó el puerto de combustible de Ras Issa, controlado por los insurgentes, a quienes acusan de beneficiarse económica y militarmente de estas instalaciones para vender combustible y financiar sus operaciones.

Ese puerto, junto con los de Al Hudeidah y Salif, recibe alrededor del 70% de todas las importaciones y el 80% de la ayuda humanitaria que entra a Yemen, según la ONU, mientras que EE. UU. y otros países denuncian que es usado por los hutíes para importar y exportar petróleo de forma ilícita.

“Las ganancias de estas ventas ilegales financian y sostienen directamente las actividades terroristas de los hutíes”, sostuvo el Centcom, que afirmó que “las fuerzas estadounidenses tomaron medidas para eliminar esta fuente de combustible” para los insurgentes “y privarlos de ingresos ilegales que han financiado sus esfuerzos por aterrorizar a toda la región durante más de diez años”.

Los hutíes acusaron a EE. UU. de incurrir en un “crimen de guerra” por el bombardeo al puerto de Ras Issa.

“Esta agresión completamente injustificada representa una flagrante violación de la soberanía y la independencia de Yemen y un ataque directo a todo el pueblo yemení”, afirmaron los rebeldes en un comunicado.

“El ataque tiene como objetivo una instalación civil vital que ha servido al pueblo yemení durante décadas, con el fin de impedirle recibir suministros esenciales y castigarlo por su postura justa y equitativa en apoyo al oprimido pueblo palestino”, agregaron los insurgentes.

Los hutíes reiteraron que el ataque contra esta infraestructura es “un crimen de guerra en toda regla, dado que el puerto es una instalación civil, no militar, que sirve a todos los yemeníes y no es el dominio exclusivo de un grupo específico”.

Por su parte, el ministro de Información del Gobierno de Yemen internacionalmente reconocido, Muamar al Eryani, responsabilizó a los hutíes del ataque por “haber transformado esta instalación vital de una salida económica al servicio de los yemeníes a un centro de contrabando de armas y combustible iraníes y una fuente de financiación de sus actividades terroristas” durante diez años.

Estados Unidos, por orden del presidente Donald Trump, inició el pasado 15 de marzo una campaña intensiva de bombardeos contra posiciones de los hutíes en Yemen, con el objetivo de minar las capacidades militares de los rebeldes y prevenir más ataques contra la navegación comercial en el mar Rojo.

Sin embargo, los insurgentes han respondido con ataques contra buques de guerra de EE. UU. e Israel, mientras que han denunciado que alrededor de un centenar de personas han muerto por los nuevos bombardeos estadounidenses.

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