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¿Cómo se aborda el ciberacoso y la violencia en línea? Un análisis de la serie de Netflix ‘Adolescencia’

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Qué ocurre cuando la adolescencia se convierte en una batalla silenciosa contra el ciberacoso, la violencia sexual digital y los problemas de salud mental?…

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

¿Qué ocurre cuando la adolescencia se convierte en una batalla silenciosa contra el ciberacoso, la violencia sexual digital y los problemas de salud mental? La serie de Netflix «Adolescencia» ha colocado estos temas en el centro del debate, mostrando sin filtros una realidad que afecta a miles de jóvenes.

En este contexto, una terapeuta especializada analiza hasta qué punto la ficción refleja la realidad y qué herramientas pueden ayudar a los jóvenes a afrontar estos problemas.

La reciente serie de Netflix «Adolescencia» pone el foco en temas como la violencia sexual, el maltrato en redes sociales, el ciberacoso y los problemas de salud mental en adolescentes, una realidad que, según varios informes, sufren muchos jóvenes.

La serie narra la historia de un chico de 13 años que presuntamente ha asesinado a una compañera del colegio, abordando las diferentes perspectivas del protagonista, su familia y sus compañeros; a través de sus cuatro capítulos, «Adolescencia» refleja toda la problemática, circunstancias y conflictos que implica este suceso.

EFESalud ha entrevistado a Tania Ruiz, terapeuta, psicopedagoga y directora del centro anda CONMiGO de Valdemoro (Madrid), quien analiza la serie y ofrece recomendaciones y herramientas para gestionar situaciones como las que se muestran.

Anda CONMiGO agrupa a un conjunto de centros especializados que ofrecen terapias para afrontar y gestionar los problemas y necesidades de niños y adolescentes, así como la repercusión que tienen en sus familias.

La especialista explica que la serie refleja la realidad que se ve en consulta, ya que el acoso y la adicción a las redes sociales son temas que impactan profundamente en la autoestima y salud mental durante la adolescencia.

«Estos adolescentes se encuentran con dificultades para manejar sus propias redes y los problemas derivados de ellas, como la ansiedad, la comparación constante o el aislamiento social», expone Tania Ruiz.

La terapeuta subraya que en el centro donde trabaja, en los últimos tres años, el número de consultas sobre problemas de ciberacoso y violencia en redes sociales ha aumentado un 50 %.

Un informe de 2024 de la Fundación ANAR y Fundación Mutua Madrileña sobre el acoso escolar en España muestra que el 9,4 % de los alumnos afirma que él o un compañero está sufriendo acoso escolar y/o ciberacoso.

Sin embargo, un 47 % de los alumnos no actúa cuando un compañero es víctima de estos tipos de acoso.

La terapeuta explica que la inacción puede deberse al miedo a ser víctimas, o a una posible indiferencia aprendida a lo largo de su vida, o por no saber cómo intervenir de forma adecuada.

Este estudio se basa en las respuestas de 9.300 alumnos de entre 11 y 14 años y 454 profesores de centros educativos de diferentes comunidades autónomas.

Además, el 26,6 % afirma que las situaciones de acoso duran más de un año, mientras que el 47,3 % señala que se mantienen durante meses.

Por parte de los profesores, el 20,9 % asegura conocer casos de acoso escolar y/o ciberacoso en su centro.

Los insultos, motes y burlas son el tipo de acoso escolar más frecuente (87,6 %), seguidos del aislamiento (42,6 %).

Tania Ruiz indica los efectos psicológicos más frecuentes que provoca el acoso escolar y digital en adolescentes:

«El ciberacoso se percibe como no poder escapar de él, porque al final se produce las 24 horas del día, ya que se está conectado al teléfono todo el tiempo y ese acoso constante intensifica todos estos efectos», sostiene Ruiz.

La terapeuta también alerta sobre las señales para detectar si un adolescente está sufriendo acoso en caso de que no lo comunique:

El estudio de Fad Juventud «Generación expuesta: jóvenes frente a la violencia sexual» muestra que un 60,6 % de los y las jóvenes han sufrido algún tipo de violencia sexual digital, siendo las mujeres las principales víctimas.

Este tipo de agresiones son diversas e incluyen:

Las formas más comunes de violencia sexual digital, según este informe, incluyen la recepción de contenido sexual no consentido y el acoso por el físico.

Un 28,7 % de las mujeres ha recibido contenido sexual no solicitado y muchas han sido acosadas por adultos cuando eran menores. Además, el 23,6 % de ellas ha sufrido tres o más formas de violencia sexual digital , frente al 14,2 % de los hombres.

Las redes sociales (39,7 %) y las aplicaciones de mensajería (34,9 %) son los principales entornos donde ocurre esta violencia, y en la mayoría de los casos (58,4 %), el agresor es alguien conocido.

Ante estas situaciones, las respuestas más comunes de los jóvenes son bloquear al agresor (34,7%) y buscar apoyo en amigos o familiares (26,8%). Sin embargo, solo el 13,5% denuncia a la policía o busca ayuda legal.

Las consecuencias emocionales y sociales de la violencia sexual digital son significativas:

Además, un 25,2 % de las víctimas durante la adolescencia experimenta aislamiento social y digital, y un 23,5% sufre problemas de sueño, recoge el informe de Fad Juventud.

Tania Ruiz explica que la violencia sexual digital afecta gravemente a la salud de la víctima.

«Esta situación genera vergüenza, sienten que tienen la culpa, incluso posible ansiedad y un deterioro de la autoestima», subraya la terapeuta.

Además, remarca que los adolescentes tienden a aislarse socialmente y así desarrollan inseguridades.

«Esta desconfianza con los demás puede derivar en posibles trastornos que deterioren su salud mental», indica la especialista.

Según un informe de Unicef, casi la mitad de los adolescentes que han tenido o creen haber tenido un problema de salud mental no han pedido ayuda.

Las principales razones por las que no piden ayuda según el documento son:

Aparte, el 40 % de los adolescentes no consideran sus problemas de salud mental lo suficientemente serios, o bien no saben qué les pasa o a quién y dónde acudir.

Sobre los prejuicios, el 47 % de los encuestados de este informe de Unicef perciben que las personas adultas consideran a quienes tienen problemas de salud mental como muy sensibles y delicadas, necesitando ser tratadas con mucho cuidado, y que estas personas usan su condición como excusa para justificar comportamientos inapropiados.

Un dato que destaca el informe es que, de los factores que podrían perjudicar la salud mental, 4 de cada 5 adolescentes apuntan a sufrir acoso o ciberacoso (algo que se refleja en la serie) y tener problemas familiares.

La terapeuta de anda CONMiGO recalca que padres y educadores deben ofrecer una educación digital de calidad para que los adolescentes puedan protegerse de cualquier tipo de agresión en Internet.

«Hay que educarlos para que sean conscientes del valor de la privacidad, de no compartir contenido íntimo, de que aprendan a configurar muy bien sus perfiles en las redes sociales, utilizar herramientas para bloquear, para denunciar y pedir ayuda, que vean que siempre hay una salida», enumera Tania Ruiz a modo de recomendaciones.

La especialista da un mensaje claro a los jóvenes que estén pasando por una situación de acoso o violencia digital durante su adolescencia.

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