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Piedad y clemencia. Las acciones e ideas que el papa Francisco nos hereda encajan a la perfección en un mosaico filosófico que, de diversas formas, se manifiesta en la defensa de la dignidad y la búsqueda de la identidad comunitaria.
Fomentó el diálogo interreligioso y la apertura a diversas miradas, despertando la curiosidad y la reflexión, cualidades presentes en la obra de Borges -su compatriota y guía literario-. Nos permitimos aquí una exploración de grandes pensadores, entre los cuales podemos incluir al pontífice recientemente fallecido.
Junto a los excluidos, sobresale su crítica a la indiferencia social.
Esto resuena en preocupaciones, incluso de Virgilio y Homero, sobre el deber moral y el heroísmo. La encíclica Laudato Si, escrita y propuesta en 2015 por Francisco, se vincula profundamente con el análisis de la identidad humana. Aborda la crisis ambiental y la responsabilidad moral de cuidar el entorno, así como la interconexión entre la humanidad y la creación.
Parte de su enseñanza versa sobre la justicia social y el cuidado del planeta. Laudato Si invita así a reflexionar sobre el sentido de la vida y la espiritualidad, la compasión y la justicia social.
Acudimos a menudo a Virgilio, Homero, Shakespeare y Borges para encontrar explicación al fenómeno universal e inmutable de la humanidad en diferentes procesos y vertientes. En ocasiones, también en obras que nos llegan, como las de Baricco, Rilke y Jacobsen. Hay en ellos felices coincidencias en cuanto al retrato espiritual, humano e intelectual que intentamos esbozar sobre Francisco.
Figuras esenciales, nos permiten aproximarnos y ampliar descripciones en las que intentamos resaltar rasgos fundamentales del ser humano extraordinario que nos deja e inmortaliza en sus mensajes, sus obras.
Cada uno, a su manera, ahonda en la complejidad del ser, cuestionando cómo las vivencias, la memoria y las relaciones definen quienes somos y cómo vamos dejando nuestra marca en el camino de la vida. Que, en palabras del Santo Padre, es, simple y llanamente, el resultado de lo que hacemos día a día con la mente, el corazón y las manos. Componentes esenciales para alcanzar nuestros objetivos y actuar con rectitud y justicia. Amén.