Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque a menudo pasa desapercibido, el polvo que se acumula en los hogares podría ser una amenaza más seria de lo que se creía. Según un informe reciente de National Geographic, este elemento cotidiano no solo está compuesto por partículas inofensivas, sino que también contiene compuestos tóxicos conocidos como “químicos eternos”.
Estas sustancias, denominadas técnicamente per- y polifluoroalquiladas (PFAS), son resistentes a la degradación y pueden perdurar durante años en el ambiente. De acuerdo con el medio, forman parte del polvo doméstico y se han vinculado con enfermedades graves como cáncer y diabetes, lo que transforma por completo la percepción de la limpieza del hogar.
Un estudio publicado en diciembre de 2024 en la revista Environment International, citado por National Geographic, reveló que el polvo del hogar puede representar hasta el 25% de la exposición total a PFAS en adultos. Esto implica que una parte significativa de estos químicos nocivos puede ingresar al cuerpo simplemente por estar en casa.
El polvo no afecta a todos por igual. Los niños son particularmente vulnerables porque pasan más tiempo en el suelo, juegan cerca de superficies contaminadas y a menudo se llevan las manos a la boca. Esto los expone a una mayor concentración de químicos, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en su salud.
Un estudio del International Journal of Cancer, publicado en febrero de 2025, descubrió que los niños expuestos a una mezcla de ocho PFAS en el polvo doméstico tenían un 60% más de probabilidades de desarrollar leucemia. Este hallazgo refuerza la necesidad de prestar atención a lo que está presente en el entorno diario de los más pequeños.
Asimismo, las mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas corren riesgos. National Geographic advierte que los químicos eternos pueden afectar el desarrollo fetal y agravar problemas de salud preexistentes, lo que convierte la limpieza del hogar en una cuestión más relevante de lo que parece.
El polvo no solo proviene del exterior; muchos contaminantes provienen del interior del propio hogar. Artículos comunes como alfombras, cortinas de vinilo, muebles y dispositivos electrónicos liberan químicos que se adhieren al polvo. Igualmente, los productos de limpieza y de cuidado personal pueden ser fuente de compuestos volátiles dañinos.
Ante este panorama, National Geographic recomienda usar aspiradoras con filtros HEPA, ya que estos capturan partículas finas que los métodos tradicionales no eliminan. También sugiere cambiar con frecuencia los filtros del aire acondicionado y calefacción, y emplear purificadores de aire con filtros eficientes.
Además, para una limpieza más segura, se aconseja utilizar paños de microfibra ligeramente húmedos que atrapen el polvo en lugar de solo moverlo. Optar por productos de limpieza ecológicos y menos tóxicos también puede ayudar a disminuir la cantidad de químicos peligrosos en el ambiente del hogar.
Si bien no es posible eliminar por completo el polvo en casa, sí se puede reducir su acumulación y los riesgos asociados. Incorporar pequeños cambios en los hábitos de limpieza puede marcar una gran diferencia, especialmente para proteger a niños, personas mayores o con enfermedades crónicas.
El mensaje de National Geographic es claro: prestar atención a la calidad del aire en el hogar y a los productos que usamos a diario puede ayudarnos a crear un entorno más saludable. Cuidar el hogar ya no es solo una cuestión de orden, sino también de prevención y bienestar.
También podría interesarte: Polvo de gusanos: La Unión Europea impulsa el consumo de insectos con nuevo ingrediente aprobado
Agregar Comentario