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Washington, Estados Unidos, 2 de abril. Los días del Departamento de Eficiencia Gubernamental parecen estar contados. Elon Musk sugirió recientemente que pronto finalizará su tarea. El presidente estadounidense Donald Trump comentó a los periodistas esta semana que «en algún momento, él va a regresar» a dirigir sus empresas. En cuanto al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), Trump afirmó que «llegará a su fin».
Todo ese discurso fue antes de que Musk enfrentara un revés ayer martes en Wisconsin, donde los votantes rechazaron a su candidato para la Corte Suprema del estado a pesar de más de 21 millones de dólares en donaciones personales y su presencia en un acto de campaña durante el fin de semana. Hay más problemas para el empresario multimillonario en Tesla, su fabricante de vehículos eléctricos, que reportó una caída del 13% en las ventas en los primeros tres meses del año.
La Casa Blanca no ha revelado un calendario claro para clausurar el DOGE, y nunca se tenía planeado que la organización gubernamental de reducción de costos se convirtiera en un elemento permanente en Washington. Pero podría estar llegando a su fin más rápido de lo previsto. El DOGE fue originalmente concebido para operar hasta el 4 de julio de 2026.
Ahora, hay indicios de que ya se está desmantelando. Los empleados del DOGE han sido trasladados a varias agencias federales, que se supone deben encabezar la reducción de costos. Se están llevando a cabo despidos en todo el gobierno para alcanzar algunos de los objetivos planteados por Musk y Trump.
«Creemos que probablemente en los próximos dos o tres meses, estaremos bastante satisfechos con las personas que están trabajando duro y quieren ser miembros del gobierno», expresó Trump la semana pasada.
El posible final del DOGE no significa que Trump dejará de sacudir Washington. Pero parece que los esfuerzos del gobierno entrarán en una nueva fase que estará menos centrada en Musk, cuyo trabajo como asesor presidencial lo convirtió en un pararrayos político.
En un principio, el DOGE fue concebido como un panel asesor independiente, y Musk compartía el liderazgo con Vivek Ramaswamy, un empresario biotecnológico. Ramaswamy se retiró y se está postulando para gobernador de Ohio, y el DOGE se convirtió en parte del gobierno. Estaba compuesto por aliados de Musk, que fueron enviados a través de la burocracia para cancelar contratos, acceder a datos delicados y presionar por recortes.
Y, supuestamente, hay un reloj en cuenta regresiva para el mandato de Musk. Fue contratado como empleado especial del gobierno, lo que significa que sólo puede trabajar 130 días en un periodo de 365 días.
«Creo que habremos logrado la mayor parte del trabajo necesario para reducir el déficit en un billón de dólares dentro de ese marco de tiempo», manifestó Musk a Bret Baier de Fox News el 27 de marzo. Hasta ahora, el DOGE está muy por debajo de ese objetivo, según sus propios cálculos, que han sido criticados por ser inflados e inexactos.
Musk no se comprometió a dejar el gobierno en una fecha específica, y no está claro cómo el gobierno lleva un registro del tiempo de Musk. El 30 de mayo se cumplirán los 130 días desde la toma de posesión de Trump el 20 de enero.
Trump comentó a periodistas hace unos días en el Despacho Oval que «lo mantendría tanto como pudiera» y que «es un tipo muy talentoso».
El presidente republicano fue conocido por tener rupturas explosivas con sus principales asesores durante su primer mandato, pero cualquier persona que espere una ruptura de ese tipo con Musk ha quedado decepcionada.
«Creo que es increíble, pero también creo que tiene una gran empresa que dirigir», comentó Trump. «Por lo que, en algún momento, él va a regresar».
Cuando le preguntaron si el DOGE continuará sin Musk, Trump se mostró evasivo. Señaló que los funcionarios del gabinete han trabajado de cerca con Musk y pueden mantener a algunas de las personas del DOGE en sus agencias.
«Pero en cierto punto creo que llegará a su fin», manifestó Trump.
Las cifras de popularidad de Musk están por detrás de las de Trump, algo que los demócratas creen que pudieron usar a su favor en Wisconsin.
Susan Crawford derrotó a Brad Schimel, quien contaba con el apoyo de Musk, y aseguró la mayoría liberal de la Corte Suprema del estado.
En los últimos días de esa campaña, Musk describió la contienda como «importante para el futuro de la civilización». Adoptó un tono diferente después.
«Esperaba perder, pero hay valor en perder una pieza para una ganancia posicional», publicó Musk en X a las 3:13 de la mañana.
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