Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
La estadounidense IBM (1911) define su cometido como “ayudar a las empresas a usar la tecnología para escalar y crecer”, y para ello opera tres divisiones:
IBM Software: nube híbrida, datos e IA, automatización, procesamiento de transacciones y ciberseguridad (45% de los ingresos y margen del 32%).
IBM Consulting: despliegue de IA, transformación digital y modernización de la nube (33% de los ingresos y margen del 10%).
IBM Infrastructure: servidores, almacenamiento y sistemas (22% de los ingresos y margen del 18%).
IBM tiene 270.000 empleados y en 2024 tuvo ingresos y ebitda ajustado de 62.753 y 16.400 millones de dólares, respectivamente, con incrementos del 1% y del 6%, y este año prevé un crecimiento a divisa constante del 5% y flujo de caja libre de 13.500 millones (+6%). En la nube y en IA, compite con Microsoft Azure, Amazon Web Services (AWS), Google Cloud y Oracle, y en consultoría tecnológica, con Accenture, Deloitte y Capgemini. Más del 90% de las empresas de la lista Fortune 500 utilizan soluciones de nube híbrida de IBM.
Durante un tiempo IBM fue percibida como un gigante pesado, anclado en su pasado de mainframes (o supercomputadoras empresariales) diseñados para procesar enormes volúmenes de datos. Pero hoy está demostrando que la innovación no es exclusiva de las start up. Su estrategia no ha sido muy ruidosa, pero sí sólida y basada en adquisiciones estratégicas (once compras en 2024, por ejemplo). En lugar de competir directamente contra los gigantes de la nube como AWS o Microsoft Azure, IBM se ha enfocado en el enfoque más especializado de la nube híbrida. Y en cuanto a su plataforma de IA, watsonx, prioriza modelos de lenguaje muy adaptados al negocio.
Entre las principales fortalezas de IBM destacan su amplia experiencia, su capacidad para integrar tecnologías y el robusto ecosistema de socios. La compra de HashiCorp por 6.400 millones de dólares, en fase de ejecución, refuerza su posición en infraestructura en la nube, y sus fuertes avances en computación cuántica la colocan en el centro de la próxima revolución tecnológica. Todo un mundo por delante.
La cotización ha subido un 35% en los últimos doce meses y está en zona de máximos históricos para una capitalización de 226.700 millones de dólares.
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