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Pero la mayoría de las muertes, al desplomarse el techo de la discoteca sobre ellos, fueron por trauma de aplastamiento; fallecieron sentados. En el caso de los rescatados con vida, tenían numerosas fracturas de fémur, húmero, y muchos presentaban traumatismos craneoencefálicos, dado que el techo cayó sobre sus cabezas, precisó Jiménez Puello.
El especialista en emergencias añadió que, “por la manera en que se produjeron los traumas, podríamos afirmar que en esas personas la primera causa de muerte fueron las hemorragias, pues un paciente atrapado entre los escombros, con el techo desprendido sobre una pierna, que a su vez estaba lesionada y sangrando, esa fue la principal causa de muerte en esos casos”.
“Luego está lo que se conoce como el síndrome de aplastamiento o de obstrucción por comprensión. Después de que la extremidad está aplastada, se descomprime y esto genera una reacción que puede provocar daños renales e inflamatorios, entre otros”, explicó.
El doctor Jiménez aclaró que, desde la perspectiva de la gestión de emergencias y recursos, no se catalogaría como un desastre, pero en el ámbito humano y emocional sí lo fue, ya que destruyó la vida de muchas personas, incluyendo a varios médicos.
Dijo que para ellos fue una situación muy difícil, no solo por la magnitud de la tragedia, que de por sí es dolorosa, sino por el hecho de que, mientras intentaban salvar a los pacientes rescatados con vida, sentían una gran preocupación por los reportes de colegas y amigos médicos que también fueron víctimas del colapso del techo de la discoteca Jet Set.
Estas declaraciones fueron dadas al entrevistador Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA, que se emite cada domingo por Telesistema canal 11 y TV Quisqueya para los Estados Unidos.
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