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La angioplastia primaria es el tratamiento preferente ante un infarto agudo de miocardio, avalado por la evidencia global y las directrices de las principales sociedades científicas.
Así lo afirma la Asociación Dominicana de Cardiólogos Intervencionistas, en relación con el debate sobre el tratamiento con fibrinolíticos en emergencias.
En una comunicación dirigida al ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, los profesionales abordan la situación que ha generado controversia entre especialistas. La Asociación Dominicana de Cardiólogos Intervencionistas se refiere a la estrategia de reperfusión más adecuada para el tratamiento del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST, comparando fibrinólisis con angioplastia primaria.
«Esta discusión, aunque válida, debe abordarse desde una perspectiva científica, realista y centrada en el paciente», señalan los hemodinamistas.
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La angioplastia primaria es, sin duda, el tratamiento de elección, respaldada por la evidencia internacional y las guías de práctica clínica de las principales sociedades científicas, explican los profesionales. De igual forma, cuando no se dispone de acceso inmediato a hemodinamia, la opción más sensata y respaldada por la evidencia es la administración temprana de un fibrinolítico, seguida de una estrategia farmacoinvasiva (traslado programado para angioplastia en las siguientes tres a 24 horas), indica el documento firmado por el doctor Aramis Gómez, presidente de la Asociación Dominicana de Cardiólogos Intervencionistas y enviado al ministro de Salud.
Consideran que la espera sin fibrinólisis ni traslado inmediato a hemodinamia representa una omisión inaceptable, que pone en riesgo la vida y el pronóstico funcional de los pacientes.
República Dominicana carece actualmente de una red nacional estructurada de reperfusión, que permita una respuesta coordinada, equitativa y eficiente para los pacientes con infarto agudo de miocardio.
«Proponemos la conformación urgente de una mesa técnica interinstitucional, liderada por el Ministerio de Salud Pública e integrada por el Seguro Nacional de Salud (Senasa), sociedades científicas y representantes del sector salud público y privado», señalan.
Explican que el objetivo es establecer una estrategia nacional de reperfusión del infarto, basada en la designación de centros con hemodinamia las 24 horas. Se requiere la implementación de protocolos de fibrinólisis temprana y traslado estandarizado.
Además, la creación de un registro nacional de infarto con indicadores de calidad y seguimiento de resultados.
Es necesaria la capacitación continua del personal médico y paramédico sobre la importancia del tiempo en la reperfusión.
Así mismo, la existencia de un esquema de financiamiento solidario que garantice el acceso oportuno a la terapia adecuada, sin barreras económicas.
«Estamos convencidos de que, con decisión política, liderazgo técnico y voluntad de colaboración, podremos salvar cientos de vidas al año, reducir la discapacidad cardiovascular y dar un paso firme hacia un sistema de salud más justo y eficiente.
Por otra parte, el doctor Fulgencio Severino denunció la falta de aplicación del tratamiento en la red de hospitales públicos, a pesar de que el medicamento que disuelve el trombo en el infarto es proporcionado a por lo menos 18 hospitales por el Programa de Medicamentos Esenciales (Promese/Cal).
El planteamiento se produjo en marzo pasado, en el programa 2×3 en Salud, que se transmite los domingos, en RNN, canal 27. La denuncia generó un debate que enfrentó a médicos de diferentes escuelas y se acordó que el país necesita protocolos.
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