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Hoy se cumplen 60 años de la gesta heroica de 1965, cuando nuestro pueblo se alzó como David y venció: primero, al Goliat de la opresión interna y luego al Goliat invasor. El heroísmo de los dominicanos conmovió al mundo e inspiró a otros pueblos.
Quiero dedicar estas líneas para honrar la memoria de un dominicano humilde que supo estar a la altura de las circunstancias y sobresalir como uno de los comandantes más valientes de esa gesta: Eligio Antonio Blanco Peña, “El Pai”, quien el pasado sábado nos dejó, dejándonos un legado imperecedero.
Siendo un adolescente, El Pai enfrentó la dictadura de Trujillo, y más tarde luchó contra el Triunvirato. En la Revolución de Abril, su valentía y determinación lo convirtieron en una leyenda de la Zona Norte, donde se luchó con mayor intensidad contra la brutalidad de las tropas invasoras y sus serviles dominicanos. También formó parte del grupo encargado del levantamiento de San Francisco de Macorís, que buscaba extender la revolución.
Firme opositor al régimen de Balaguer, fue el preso político que más tiempo sufrió encarcelado en nuestro país, negándose rotundamente a ceder en sus principios o aceptar el exilio.
Consagró su vida a la lucha sindical y a organizar a obreros y campesinos para luchar por sus derechos.
El Pai, sin duda, es uno de los mayores ejemplos de determinación, entrega y constancia en la historia de nuestro pueblo.
Paz a su alma y honra eterna a su memoria. Con el puño en alto te digo: “Patria o muerte, mi querido Pai”.
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