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La procesión, convocada bajo el lema ‘Pacto de amor a Francisco: recorrido por los sitios del dolor’, no contempla actos oficiales ni oradores asignados en cada parada.
El recorrido dio inicio al mediodía de Argentina en la emblemática Plaza de Mayo, frente a la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, donde esta mañana se celebró una misa exequial en honor al sumo pontífice.
Los asistentes llevaban grandes carteles con imágenes y frases de Francisco, así como banderas y simbología religiosa.
“No hay palabras para decirle, le daba las gracias por todo lo que hacía por nosotros los necesitados, porque nosotros nos sentimos olvidados, los pobres, y él nos daba esa fuerza para poder salir adelante, ayudar a nuestros hermanos y hermanas”, dijo a EFE Edith Ortiz, al principio del recorrido.
La procesión cuenta con múltiples paradas, incluyendo una en la Casa Mamá Antula, ubicada en el barrio porteño de Montserrat, donde brindaba servicios María Antonia de Paz y Figueroa, la primera santa argentina, canonizada por Francisco en la Basílica de San Pedro.
Otro de los puntos del recorrido es la Plaza Constitución, donde Bergoglio celebró numerosas misas por los migrantes y desde donde denunció la trata de personas y la esclavitud sexual.
Debido a la procesión, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires diseñó un amplio operativo de seguridad que incluye el cierre de muchas calles en los distintos barrios comprendidos en el trayecto.
El camino pasa también por los hospitales Borda, Tobar García y Rawson para recordar las frecuentes visitas que Bergoglio hacía a quienes estaban internados en estos y otros hospitales porteños.
La ruta incluye una parada en la unidad penitenciaria del Hospital Muñiz, en el barrio de Barracas, y luego en el Hogar de Cristo San Alberto Hurtado-Hospitalito Masantonio (Parque Patricios) donde el entonces arzobispo de Buenos Aires lavó los pies de 12 chicos con problemas de consumo.
La procesión, que los organizadores quieren que se repita todos los años, finalizará con una oración comunitaria en la parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé, en la capitalina Villa 21-24, donde Francisco impulsó el movimiento de los curas villeros.
