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La tregua pascual de 30 horas decretada por el presidente ruso, Vladímir Putin, y a la que Ucrania se sumó, expiró en la medianoche de ayer sin que el Kremlin anunciara su extensión.
Putin desestimó la propuesta del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien había sugerido extender el alto el fuego por 30 días. Putin declaró la tregua el sábado, con motivo de la Pascua ortodoxa, “por razones humanitarias” e instó a Ucrania a unirse, lo que Zelenski hizo. Por su parte, el líder ucraniano llamó al jefe del Kremlin a demostrar que la tregua no buscaba solo titulares, sino un cese de hostilidades duradero, una “oportunidad para la paz”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ya había enfriado las esperanzas de prolongación de la tregua, al asegurar a la agencia TASS que Putin no había dado ninguna orden al respecto. Para ello, Moscú se amparó en las supuestas violaciones de la tregua por parte del ejército ucraniano, que atacó la pasada noche las posiciones rusas en el Donbás y lanzó ataques con drones y artillería, según el Ministerio de Defensa ruso. Putin había advertido que el cumplimiento de la tregua por parte del enemigo demostraría “qué sincero” era el llamamiento de Zelenski a la paz en Ucrania.
La portavoz rusa de Exteriores, María Zajárova, acusó a Kiev de violar la tregua de Pascua, como ya hizo en el pasado, en alusión a la tregua energética que finalizó esta semana. Además, Zajárova denunció que Kiev violó la tregua empleando lanzaderas múltiples HIMARS de fabricación estadounidense. Zelenski también acusó a Moscú de incumplir la tregua con intentos “aislados” de avance en varios sectores del frente, ataques que fueron en aumento hasta sumar 2,000 violaciones.
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