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Regresaron al país para disfrutar su jubilación y fallecieron en el ambiente Jet Set: la historia de los padres de Esther

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Tres días después del desplome del Jet Set, donde perecieron 221 personas, el ambiente en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) sigue siendo de angustia y desesperación.

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Tres días después del desplome del Jet Set, donde perecieron 221 personas, el ambiente en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) sigue siendo de angustia y desesperación. Entre los rostros que aguardan una respuesta, se encuentra el de Esther López. Desde que se enteró de la tragedia, Esther llegó desde Nueva York en el primer vuelo que pudo conseguir vía Punta Cana, directamente hacia Santo Domingo. Desde entonces, no se ha movido del INACIF. Busca a sus padres, Gloria y Homero García, quienes perdieron la vida en el incidente. “Vinieron recién jubilados a disfrutar de este país, porque este país es de nosotros, somos dominicanos, pero la verdad no se puede ocultar”, relató con firmeza. Sus padres habían residido 45 años fuera del país y regresaron en noviembre para pasar su retiro en la República Dominicana. Esther asegura que ha entregado fotos, documentos y ha completado todos los trámites, pero aún no recibe ninguna información concreta. “Por favor, no nos sigan diciendo lo mismo: ‘vengan mañana’. Ok, estamos aquí”, expresó con impotencia. “Ya no puedo más, esa lista la estoy viendo desde el lunes, desde el lunes los mismos nombres”. También puede leer: “¡Queremos que nos entreguen nuestros muertos!”: Desesperación en Patología tras la tragedia de la discoteca Jet Set Frente al cansancio y la frustración acumulada, Esther alzó la voz: “Aquí el que nada tiene, nada vale, estamos hartos”, gritó, provocando el aplauso de las demás familias presentes. “¡Basta! Por favor que venga alguien, no a sentarse en un aire. ¿Cuántos de ellos no han bebido agua, cuántos no han dormido, cuántos no tienen respuestas? Estamos cansados”, gritó. Con la voz entrecortada, reiteró su llamado: “La paciencia tiene un límite”, dijo al final. El testimonio de Esther refleja el dolor de decenas de familias que, a más de 72 horas de la tragedia, siguen esperando poder despedirse de sus seres queridos con dignidad.

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