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Hasta las azaleas del Augusta National parecen profesarle cariño a Scottie Scheffler. Sin embargo, los magnolios no se mostraron tan amigables.
La defensa del título del dos veces campeón del Masters tuvo que tomar algunos desvíos inusuales en la flora que rodea los fairways de raigrás y los greens de bentgrass del Augusta National el viernes, y si espera ganar una tercera chaqueta verde el domingo, tendrá que remontar desde otro sitio inexplorado: tres golpes por detrás del líder.
Scheffler lideraba por cinco golpes al llegar a la mitad del recorrido en 2022 y venció por tres. El año pasado, igualó la cima tras la segunda ronda y ganó por cuatro, como parte de una temporada de nueve victorias que incluyó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París.
En esta ocasión, acumula 139 golpes, 5 bajo par, y está empatado en el quinto puesto después de 36 hoyos. Justin Rose quedó 8 bajo par, con Bryson DeChambeau y Rory McIlroy también por encima del campeón defensor.
En sus primeros 24 hoyos de este Masters, Scheffler jugó un golf que envidia hasta McIlroy: sin bogeys ni dramas. Luego comenzó a tambalearse, con tres bogeys en un tramo de cinco hoyos.Anuncio
Y por unos segundos, pareció que había arruinado el par 3 del hoyo 12. Su aproximación se fue mucho más allá del hoyo delantero izquierdo y aterrizó en una pendiente repleta de azaleas florecidas, pero los arbustos escupieron la bola, dejando un chip manejable.
A partir de ahí, el juego corto de élite de Scheffler tomó las riendas. Anotó un improbable birdie que lo dejó bajo par para el día.
«Cuando juegas con el viento en contra y la bola da la vuelta y se va directo hacia abajo, es muy difícil», dijo Scheffler. «Tuve la fortuna de ver la pelota salir de entre los arbustos y pude aprovechar el quiebre».
La emoción no había finalizado, ya que el viento comenzó a soplar con rachas y las temperaturas descendieron durante los últimos seis hoyos. Hizo birdies en los hoyos 14 y 17, pero hizo un bogey de tres putts en el par 3 del hoyo 16.
En el 18, mandó su drive a la izquierda, donde se posó bajo una magnolia, y Scheffler abordó la bola de rodillas antes de solicitar la presencia de un árbitro y sentarse en la paja de pino. Finalmente, golpeó hacia la calle, envió su tercer golpe por encima del green y se alejó con un bogey.
«Es bastante desafiante y te encuentras con vientos así. Realmente tienes que gestionar tus expectativas, gestionarte a ti mismo durante el recorrido», dijo. «A veces lo hice bien. Otras veces hoy, quizás no tanto».
Aunque no era el favorito de la afición cuando ganó su primer Masters, Scheffler ha ganado en la estima de los aficionados desde entonces. Durante sus casi dos años como el mejor jugador del mundo, ha bajado un poco la guardia, mostrando más su humor seco y sarcástico. Pero sobre todo, la afición admira su increíble ejecución de golpes.
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El viernes por la tarde, mientras McIlroy y DeChambeau escalaban en la tabla de posiciones por delante de él, los espectadores abarrotaron los tees de salida y se maravillaron con los golpes perfectos de Scheffler en los hoyos par 3 cuarto y sexto, el segundo de los cuales terminó en birdie.
Busca convertirse en el primero en ganar dos Masters consecutivos desde Tiger Woods en 2002 y el segundo en la historia en ganar tres de cuatro. Jack Nicklaus lo hizo en 1963, 1965 y 1966.
Ocho jugadores han ganado tres o más chaquetas verdes: Nicklaus tiene seis, Woods cinco, y Phil Mickelson, Nick Faldo, Gary Player, Arnold Palmer, Sam Snead y Jimmy Demaret tres cada uno. A sus 28 años, Scheffler se convertiría en el único jugador menor de 30 años con tres títulos importantes.
Este es el primer Masters de Scheffler como padre; Bennett, de 11 meses, se unió a él en el Concurso Par 3 del miércoles, vistiendo un mono de caddie blanco.
Todavía tiene la oportunidad de vivir otro momento memorable con su hijo en el hoyo 18 el domingo.
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