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El dominicano Vladimir Guerrero Jr. no pudo saborear la agencia libre, pero no debería lamentarlo. La extensión de contrato que firmó el pasado domingo con los Azulejos de Toronto, además de ser el tercer acuerdo más cuantioso en la historia del béisbol, lo coloca en una situación muy ventajosa en comparación con una firma con otra organización. La extensión se caracteriza por la ausencia de dinero diferido y cláusulas de rescisión. Pero incluye un atractivo bono por firma que asciende a 325 millones de dólares. El primero de estos bonos, por 20 millones de dólares, será entregado esta misma temporada, aunque la extensión entra en vigor en 2026. Los 305 millones restantes se repartirán de manera equitativa a lo largo de los 14 años del nuevo contrato. Con esta estructura, Guerrero Jr. ganará 48.5 millones de dólares en 2025 — resultado de su salario base de 28.5 millones más el bono inicial — . A partir de 2026 y hasta 2039, percibirá anualmente 21.79 millones en bonificaciones y 13.92 millones en salario, sumando 35.71 millones por temporada. De acuerdo con el sitio especializado Spotrac, esta estrategia contractual no solo le permite a Guerrero optimizar sus ingresos como residente fiscal en Florida, sino también blindarse ante eventuales interrupciones laborales en el futuro. Como residente en Florida, el oriundo de Don Gregorio solo pagará impuesto federal, pero no estatal. Tras un sobresaliente 2024, Guerrero Jr. se entregó por completo durante la temporada baja con una única meta en mente: merecer el contrato que hoy es una realidad. Sus números del año pasado hablan por sí solos: promedio de .323, con un porcentaje de embasado de .396 y un slugging de .544, además de conectar 30 cuadrangulares y empujar 103 carreras, consolidándose como la principal amenaza ofensiva en una alineación que estuvo limitada por lesiones e inconsistencia. Este año, se espera aún más de él, especialmente con la incorporación de Anthony Santander como refuerzo ofensivo inmediato. Sin embargo, Guerrero ha tenido un inicio discreto en sus primeros 12 juegos desde el segundo turno al bate, registrando una línea ofensiva de .255/.345/.319, con solo tres dobles y cuatro impulsadas. Aunque el comienzo ha sido tibio, pocos dudan de que encontrará su ritmo. Eso sí, el nuevo y millonario contrato pondrá una lupa aún más intensa sobre su desempeño, una presión con la que Guerrero ha aprendido a lidiar desde el comienzo de su trayectoria.
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