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Durante las 12 congregaciones generales previas al cónclave, los cardenales concluyeron que el nuevo pontífice debería ser “un pastor cercano a la vida real de las personas”. ¿Qué clase de papa se necesita? Este interrogante ha sido objeto de debate entre los cardenales durante las 12 congregaciones generales antes del cónclave, llegando a la conclusión de que debería ser “un pastor cercano a la vida concreta de la gente”, y enfrentar desafíos como las finanzas vaticanas, la guerra o las divisiones internas en la Iglesia, según ha explicado el portavoz vaticano, Matteo Bruni. “Una figura que debe estar presente, cercana, capaz de tender puentes y guiar, de facilitar el acceso a la comunión a una humanidad desorientada y marcada por la crisis del orden mundial”, indicaba el portavoz vaticano, resumiendo algunas de las intervenciones de los cardenales, quienes iniciarán el cónclave este miércoles para elegir al sucesor de Francisco. Y añadía que los cardenales habían indicado “un pastor cercano a la vida de las personas, un líder que sepa ir más allá de los límites de la Iglesia católica, promoviendo el diálogo y la construcción de relaciones con otros mundos religiosos y culturales”. A su vez, los purpurados enfatizaron “el carácter misionero de la Iglesia: una Iglesia que no debe encerrarse en sí misma, sino acompañar a cada hombre y mujer hacia la experiencia viva del misterio de Dios”. Una visión aperturista de la Iglesia, muy parecida a la que tuvo Jorge Mario Bergoglio, se intuye en las palabras del portavoz. Entre los retos mencionados en estas congregaciones generales se abordó “la guerra y la fragmentación del mundo”, lo cual seguramente será una de las preocupaciones del nuevo papa. Incluso, los cardenales emitieron este martes un comunicado en el que solicitaban un alto el fuego en Ucrania y Gaza, algo de lo que también tendrá que ocuparse el nuevo pontífice. Asimismo, deberá seguir la preocupación por los migrantes, de quienes se dice que son “un don para la Iglesia”, pero “también destacando la urgencia de acompañarlos y apoyar su fe en contextos de movilidad y cambio”. En los debates, surgió la necesidad “de que el papa sea un constructor de puentes, pastor, maestro de humanidad, rostro de Iglesia samaritana”, y que “también continúe prestando atención al cambio climático”. En casi todas las congregaciones se mencionó la urgente necesidad de un sucesor de Pedro “que sepa unir a una Iglesia dividida”. Los cardenales insisten en el daño que los casos de abusos sexuales causan en la Iglesia. “Oramos por los cardenales que tienen la gran responsabilidad de elegir al próximo Sucesor de Pedro, para que actúen con valentía, humildad y un firme compromiso con la protección de los fieles”, escribió en un comunicado la Comisión para la Protección de Menores, antes de que los cardenales se encierren en la Sixtina. Esto, según los resúmenes públicos de la oficina de prensa del Vaticano, mientras que algunos medios sugieren que varios cardenales han dado a entender que no se necesita un burócrata, un hombre frío y distante, aunque también se requiere “una cierta experiencia de gobierno, considerando las numerosas cuestiones financieras, canónicas y legales que están pendientes”. Y aunque los cardenales no dan muchos detalles en público, parece poco probable que vuelvan a elegir a un jesuita, pero sí podrían elegir a otro candidato de otra de las familias religiosas, como un salesiano. Tampoco será de origen latinoamericano y es poco probable que sea uno de esos “jóvenes” de entre 50 y 60 años, porque bloquearían el papado durante al menos 30 años.
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