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El autor, oriundo de Santo Domingo, Distrito Nacional, en el ensanche La Fe, reputado poeta y narrador, retorna y nos comprueba que el tema menos esperado puede ser objeto, por la sensibilidad de la palabra poética. Sin duda este es un poemario que asombra y demuestra los logros del autor en la poesía. Lo que pone de manifiesto que hay temas sobre los cuales no se puede escribir, cantar o meditar sin una pasión reflexiva controlada. Al cantarle, puntualizo, que este tipo de abordaje en poesía no está de moda. Lo que llevaría al autor, poeta, narrador y periodista a negar cualquier “caducidad” de temas (solo hay que recordar a Jazz, poesía). Con Cuartería cualquier lector ligero podría pensar en la poesía social. La subjetividad del tratamiento lo niega. Las cuarterías fueron un fenómeno urbano, de gente desplazada de las ciudades del interior y de los mismos barrios. La edificación, por lo general, contaba con sala, dormitorio y cocina. El dueño comúnmente residía en la parte delantera de la edificación y la cuartería en el patio. Disponía de un baño-sanitario para uso común. Y con respecto al costo de cada espacio de alquiler, de bajo precio. Así fue hasta la década de los ochenta. Así que hablo de las cuarterías de los cincuenta, sesenta, setenta y ochenta. Aún hoy se resisten a desaparecer, principalmente en los barrios de Villa Juana, Villa Consuelo, Ensanche La Fe y Villa Agrícolas. Seguramente hay poemas de autores dominicanos dedicados a cuarterías, pero no un poemario completo como a tal efecto lo hace el poeta Eloy Alberto Tejera en este nuevo libro del autor de El día que Balaguer muera, novela (2001), Jazz, Poesía (1998), Historias crueles de NY y otras latitudes, cuentos (2021) y media docena más de textos entre la poesía, la narrativa y el periodismo con una visión muy personal. Al poemario Cuartería lo acompaña una portada donde pernoctan las ensoñaciones de un barrio. En los poemas el autor desarrolla con la subjetividad que le es afín el tema como un faro en un mar tormentoso, sin dejar de lado que en los poemas evocadores y enunciadores es donde vive la cuartería y también quienes las habitan, hombres de trabajos humildes, prostitutas, el matón y el ladrón del barrio como también el que sueña un espacio mejor para vivir, y al conseguirlo, mudarse, sin que jamás olvide dónde vivió y soñó. En las cuarterías, sus habitantes se trataban como una familia, con sus diferencias, por supuesto, pero que se solucionaban en cuanto se presentaba algún acontecimiento que alteraba el espacio en común, de forma pacífica. En este nuevo libro, el autor nos da una nueva voz de solidaridad con un pasado y un presente (cada vez son menos las cuarterías en los barrios por la movilidad social) que se suicidan a diario. En este poemario el autor nos demuestra su sensibilidad social, con un tema tan alejado de la poesía joven dominicana, digamos vuelve, queriéndolo o no, a darnos en la cara, en medio de los ojos y la mirada, un golpe con la mano abierta a una realidad, con el poema como lanza y con la punta envenenada; deudas y denuncias, el goce de la poesía por la palabra poética y la sensibilidad harto demostrada por Eloy Alberto Tejera, tanto en prosa como en verso. El autor es escritor.
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