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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, cuya función principal es crear una barrera protectora frente a virus, bacterias o sustancias nocivas, resguardando el interior del organismo.
Con el paso del tiempo, la piel experimenta diversos cambios propios de cada fase de la vida, desde la infancia, la pubertad, la edad adulta y la vejez. Por lo tanto, ajustar el cuidado de la piel según la edad es esencial para preservar su salud y belleza a lo largo del tiempo.
Cada individuo posee un tipo de piel diferente que lo define y lo hace singular. Por ello, es crucial identificarlo correctamente para comprender los cuidados específicos que requiere en cada caso.
Existen cinco tipos principales de piel, clasificados según sus características y necesidades:
Mantiene un equilibrio ideal entre grasa e hidratación. Es suave, sin imperfecciones notables, y con poros poco visibles.
2. Hidratación diaria: Emplea una crema ligera que conserve la elasticidad y frescura.
3. Exfoliación 1 vez por semana: Retira células muertas con un exfoliante suave para mantener el brillo natural y prevenir obstrucciones.
Produce menos sebo de lo normal. Puede sentirse tirante, áspera o presentar descamación.
2. Hidrata dos veces al día con cremas ricas en ingredientes como ácido hialurónico, ceramidas o manteca de karité.
3. Evita el agua caliente y los exfoliantes abrasivos.
Presenta una producción excesiva de sebo, lo que genera brillo, poros dilatados y propensión al acné.
No omitas la hidratación; esta ayuda a regular el sebo.
este tipo de piel es la combinación de zonas grasas (como la zona T: frente, nariz y mentón) con otras normales o secas, como las mejillas.
Usa limpiadores suaves que no resequen.
Aplica hidratantes ligeros en toda la cara y productos más ricos solo en zonas secas.
Puedes usar mascarillas específicas por zonas.
Exfolia con moderación, enfocándote en la zona T.
Esta piel reacciona fácilmente a factores externos. Puede presentar enrojecimiento, ardor, picazón o irritación.
Elige productos sin fragancia ni alcohol.
Prueba siempre nuevos productos en una pequeña área antes de aplicarlos en todo el rostro.
Usa ingredientes calmantes como avena, aloe vera o centella asiática.
Evita cambios bruscos de temperatura y productos muy activos como retinol o ácidos fuertes (a menos que estén formulados para piel sensible).
Para todo tipo de piel, sin importar la textura, es imprescindible:
Protección solar diaria:
Aplica protector solar de amplio espectro (mínimo FPS 30), incluso en días nublados, para prevenir el envejecimiento prematuro y las manchas.
Alimentación equilibrada e hidratación
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