Salud

Día Mundial de la Tiroides: Entendiendo su trascendencia esencial

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Más del 95% de los nódulos tiroideos son inofensivos", detallan los especialistas del Hospital Clínic de Barcelona.

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“Más del 95% de los nódulos tiroideos son inofensivos”, detallan los especialistas del Hospital Clínic de Barcelona. Imagen de stefamerpik en Freepik.

Cada 25 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Tiroides, una fecha destinada a crear conciencia sobre los trastornos tiroideos, su diagnóstico temprano y tratamiento adecuado. La tiroides, una pequeña glándula con forma de mariposa ubicada en el cuello, desempeña funciones vitales para el organismo. Su buen funcionamiento es clave para la salud general, y conocer sus posibles alteraciones puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de millones de personas.

La tiroides es una glándula con forma de mariposa situada en la parte delantera del cuello, debajo de la nuez de Adán. Produce las hormonas tiroideas tiroxina (T4) y triiodotironina (T3), necesarias para el desarrollo y el funcionamiento de numerosos órganos del cuerpo, según la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición (SVEDYN).

Estas hormonas participan en funciones vitales como el control del ritmo cardíaco, la temperatura corporal, el tránsito intestinal, la asimilación de nutrientes, el desarrollo del sistema nervioso, el crecimiento, la fertilidad y otros procesos fundamentales del organismo.

Para producir estas hormonas, la tiroides utiliza el yodo presente en los alimentos y el agua. “La formación de una cantidad normal de hormonas tiroideas requiere de una ingesta adecuada de yodo, al menos entre 100 y 150 microgramos, del cual la alimentación es la fuente primordial”, indican desde el Hospital Clínic de Barcelona.

La tiroides trabaja en conjunto con la glándula pituitaria y el hipotálamo. Este sistema tiene como objetivo producir la cantidad justa de energía que el organismo necesita en cada momento: baja durante el sueño, alta en la vigilia y aún más alta durante la actividad física.

La pituitaria y el hipotálamo controlan la tiroides estimulando o inhibiendo la producción de hormonas mediante un mecanismo complejo.

Cuando los niveles hormonales están desequilibrados — demasiado altos o bajos — pueden aparecer distintos trastornos. Las principales enfermedades tiroideas son:

Ocurre cuando la tiroides es hiperactiva y produce más hormonas de las necesarias. Según el Instituto Nacional de Diabetes, Enfermedades Digestivas y del Riñón de EE. UU. (NIDDK), los síntomas incluyen:

El tratamiento depende de la causa, la gravedad y las condiciones de cada paciente. Puede incluir medicamentos, terapia con yodo radiactivo o cirugía.

Desde el NIDDK advierten que “casi todas las personas que reciben terapia con yodo radiactivo desarrollan hipotiroidismo más adelante. Sin embargo, el hipotiroidismo es más fácil de tratar que el hipertiroidismo y causa menos problemas de salud a largo plazo”.

Se produce cuando la tiroides no genera suficientes hormonas para mantener el funcionamiento normal del cuerpo.

“Cuando faltan hormonas tiroideas, el cuerpo funciona más lento. Esto afecta al metabolismo, al cerebro, al corazón, a la digestión y a otros sistemas”, explican desde la Clínica Universidad de Navarra.

Síntomas frecuentes:

El tratamiento habitual es con levotiroxina, una hormona tiroidea sintética que debe tomarse de por vida en la mayoría de los casos. “El objetivo es normalizar la función tiroidea”, indican desde el Hospital Clínic de Barcelona.

No todos los casos requieren tratamiento. La indicación dependerá de los niveles de TSH y T4L, los síntomas y otros factores.

Son agrupaciones de células que forman un tumor. “Más del 95% de los nódulos tiroideos son benignos”, indican desde el Hospital Clínic.

Generalmente no producen síntomas y se descubren en chequeos o estudios de imagen. Según la Asociación Americana de la Tiroides, los nódulos sospechosos o cancerosos deben extirparse. Los benignos o muy pequeños deben controlarse con ecografías periódicas.

Incluso con una biopsia benigna, “se puede recomendar cirugía si el nódulo sigue creciendo o si desarrolla características de riesgo”.

Es el noveno tumor más frecuente en el mundo. Aunque se diagnostican más casos cada año, la supervivencia ha aumentado un 15% en la última década gracias a un enfoque multidisciplinar.

“El tratamiento de estos tumores involucra especialidades como endocrinología, otorrinolaringología, cirugía, oncología y medicina nuclear. La base es la extirpación de la lesión”, explica Pablo Torrico, presidente del Grupo de Trabajo de Tiroides y Paratiroides de la SEORL-CCC.

El doctor Torrico destaca la importancia de la detección temprana: “El porcentaje de curación supera el 95% en estadios iniciales”.

No obstante, la tiroidectomía puede dejar secuelas como problemas de voz y alteraciones del metabolismo del calcio, según el doctor Alexander Sistiaga, presidente de la comisión de Oncología de la misma sociedad.

Es el aumento anormal de la tiroides. “No implica necesariamente que la glándula no funcione bien”, aclaran desde el Hospital Clínic de Barcelona.

Puede ser:

El bocio puede causar un bulto visible en el cuello, dificultad para tragar, respirar o hablar. Si es pequeño y la tiroides funciona normalmente, solo se requiere vigilancia. En otros casos, puede ser necesario tratamiento o cirugía.

Es una inflamación de la tiroides causada por infecciones virales o un ataque autoinmune. Puede causar inicialmente hipertiroidismo y luego hipotiroidismo.

“El tratamiento busca aliviar los síntomas como el dolor o el exceso de hormonas”, explican desde el Hospital Clínic. No se puede tratar la causa autoinmune directamente porque no se conoce el desencadenante.

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