Salud

El abandono animal causa muertes silenciosas en República Dominicana

8693512634.png
Se estima que más de dos millones de animales vagan por las calles dominicanas.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Se estima que más de dos millones de animales vagan por las calles dominicanas. Algunos nacieron sin conocer una caricia. Otros sufrieron golpes, fueron ignorados o descartados cuando dejaron de ser útiles.

Este reportaje revela las heridas invisibles del abandono animal en República Dominicana y la lucha diaria de quienes, con fe y sin recursos, deciden no rendirse.

No todos los perros callejeros llegaron por accidente. Algunos fueron desechados como si sus vidas no importaran.

“A mí me da mucha pena recibir aquí perritos abandonados por gente que a lo mejor en Navidad se enamora de un perrito en una plaza y después en verano se van a Europa… y no se les ocurre otra cosa más feliz que abandonarlo en una gasolinera”, afirmó David Rodríguez, voluntario de la Fundación de Blanck.

Shadel Henríquez, directora de la Fundación Peluditos con Futuro (Fundapef), confesó haber rescatado perras que fueron criadas para la venta de animales y, posteriormente, cuando enferman producto de la cantidad de partos a los que son sometidas y ya no pueden volver a embarazarse, las arrojan a la calle.

“Cuando ya no les genera dinero, la botan a la calle y llegan aquí, a este refugio. Entonces, después que está así, ya nadie la quiere. ¿Por qué? Porque está fea, porque tiene cáncer o un tumor”.

Le puede interesar: Envenenamiento de perros en el Parque Mirador Sur, ¿Qué se sabe hasta ahora?

El maltrato animal no se resume solo en abandono o violencia. La negligencia también forma parte del problema.

“Muchas personas no tienen conciencia de lo que es el maltrato animal. En diciembre vienen y te regalan un perrito bonito y tú lo tienes en tu casa, amarrado en un techo con una correa, eso es maltrato animal”, denuncia Jessica Pereira, comunicadora y defensora de la causa.

De acuerdo con Henríquez, es común ver a personas pagar hasta US$4,000 por mascotas de raza para proyectar estatus social, sin preocuparse más adelante por la calidad de vida que les ofrecen a estos animales.

“La gran mayoría no sabe el compromiso que es tener un perro de raza, la gran mayoría no sabe que un bulldog francés que compras por ahí sufre de muchísimas patologías, y que una persona que dé US$2,000 dólares por un perro, no pueda después comprar un alimento de RD$4,000 pesos para él”.

En un país donde el abandono animal aún no es prioridad institucional, quienes ayudan generalmente deben hacerlo solos.

“Hemos estado en cinco refugios porque no hemos podido tener uno fijo. Este lugar nos lo prestan y estamos rehabilitándolo, reacondicionándolo para mejorar las condiciones de los perros”, externó Ivette García, presidenta de la Fundación de Blanck.

En este lugar habitan más de 70 perros y aproximadamente 30 gatos que dependen de las donaciones de personas caritativas para subsistir.

“Aquí necesitamos muchas cosas. A veces, cuando un problema no te toca de cerca, no lo sientes… por eso ustedes que nos ayudan a que alguien nos vea, nos están salvando también a nosotros”, añade Rodríguez.

Desde desinfectantes, vacunas, medicinas y alimentos (como carne, pollo, huevo, pescado, sandía, auyamas, plátanos verdes y purina de cualquier tipo), hasta pintura, tablas, clavos, madera y, por supuesto, dinero, toda donación es necesaria y bien recibida por los refugios.

“Si pudieras donar 100 pesos mensuales, para ti no es un cambio brusco, pero para nosotros es saber que contamos contigo”, asegura García.

Cuando rescataron a Jimmy, no podía levantar la cabeza a causa de los golpes que había recibido por dos hombres que estuvieron a punto de terminar con su vida porque “era muy fastidioso”.

“Lo estaban sujetando con una soga en el cuello. Uno lo pisaba con el pie, y el otro tenía un palo alzado. Lo que alcancé a decir fue: ‘¿Qué pasa? No le des’. Creo que llegué justo a tiempo para evitar que muriera”, recuerda su rescatista, María Eugenia Ríos.

El perro fue llevado a un refugio llamado Fundación de Blanck, ubicado en La Cuaba, allí lo recibió David Rodríguez.

“Llegó completamente aterrado. Estuvo un día entero temblando de miedo… pero con paciencia y un poquito de cariño se logra lo que sea”, dijo al periódico HOY Digital.

Meses después, Jimmy se convirtió en un perro cariñoso y juguetón que pasa sus días en el refugio a la espera de una familia que le ofrezca un verdadero hogar.

Perros como Jimmy solo sobreviven cuando alguien actúa. Por eso, cada gesto cuenta: adoptar, donar, compartir, denunciar. Eso también es proteger.

Para donaciones, ayudas o trabajos de voluntariado puedes comunicarte con los refugios a través de sus respectivas redes sociales:

TRA Digital

GRATIS
VER