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En medio de aplausos y muestras de gratitud, el Festival de Teatro Popular “Mayo Teatro” rindió homenaje al afamado actor Juan María Almonte, quien ha dedicado su vida al arte.
Almonte acumula medio siglo de trayectoria, actuando en teatro, cine y televisión. Fue elegido por la Federación Nacional de Arte y Cultura como la figura a celebrar en esta edición, junto al grupo Teatro Bobalagallina, que él mismo dirige con la actriz y gestora Annie Tavares.
“Recayeron los dos homenajes en nosotros”, comentó Almonte con una sonrisa de satisfacción mientras charlaba con este medio.
Agregó que este reconocimiento resalta no solo su trayectoria individual, sino también a un colectivo que ha marcado la diferencia en el teatro dominicano.
“Teatro Robalagallina es un grupo único. Nos enfocamos exclusivamente en el público joven de escuelas públicas y colegios de clase baja y media, un teatro que llega a donde el arte a veces no llega”, afirmó.
“Nosotros nunca presentamos para el público adulto. Buscamos que nuestro público sea joven de bajos recursos socioeconómicos. Es un proyecto distinto a los modelos tradicionales, tanto estatales como privados”, añadió.
Entre las obras emblemáticas del grupo están “Concho Primo”, de la cual se presentó un fragmento en el homenaje, además de “Volvió Juanita”, “Mataron al chivo”, “Las Huellas de las Mariposas”, “Don Bosco”, entre otras, que no solo entretienen, sino que también fomentan la conciencia.
“Nuestro objetivo es educar en valores y demostrar a los jóvenes que ellos son los agentes de cambio que nuestra sociedad necesita. Esta sociedad, que claramente no funciona para todos”, manifestó.
Sus inicios
Juan María relató que su historia con el teatro empezó temprano, casi por casualidad, cuando a los ocho años unos amigos lo invitaron a una función de sombras chinas. “Aquello me impresionó muchísimo, yo me sentaba en primera fila y decía: eso lo hago yo, eso lo hago yo”.
Desde entonces, sin estudios formales, pero con una vocación inquebrantable, fue forjando su camino. Aprendió a dibujar por su cuenta, escribía cartas de amor para los vecinos y ganaba algo de dinero con sus talentos. En su juventud, incluso fue bailarín callejero. Pero la gran oportunidad llegó inesperadamente: un encuentro fortuito con Franklin Domínguez, considerado el padre del teatro contemporáneo dominicano, mientras Almonte conducía un carro público frente a Rahintel.
Domínguez quedó impresionado por su voz y presencia. Poco tiempo después, Almonte debutaría en la sala principal del Teatro Nacional, interpretando cinco personajes en una obra sobre Juan Pablo Duarte.
En la gran pantalla
El actor ha escrito y estrenado más de 20 obras de teatro y ha participado en más de 30 películas, incluyendo “Un pasaje de ida”, “Ladrones a domicilio”, “El rey de Najayo” y “Dos policías en apuros”. Próximamente: “Sugar Island”, ya premiada internacionalmente; “A tiro limpio” y “Drinks and Books”.
Fue parte de los programas “El Show del Mediodía”, “Caribe Show”, “Enhorabuena con Yaqui” y “El show de Luisito y Anthony”.
A pesar de sus logros, Almonte mantiene los pies en la tierra. Siente que el teatro, en especial el independiente, sigue siendo una lucha constante.
“El Estado no hace absolutamente nada por el teatro. Lo hemos sostenido nosotros, los grupos independientes, por décadas”.
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