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WASHINGTON — El secretario de Defensa Pete Hegseth aceptó un lujoso Boeing 747, obsequio de Qatar, para ser utilizado por el presidente Donald Trump como avión presidencial, informó el Pentágono el miércoles. A pesar de ello, el asunto plantea constantes interrogantes sobre ética y legalidad al aceptar un costoso regalo de una nación extranjera.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, declaró que el departamento “trabajará para asegurar las medidas de seguridad adecuadas” en la aeronave para su uso presidencial. Afirmó que el avión fue aceptado “en cumplimiento de todas las normas y regulaciones federales”.
Trump ha defendido el regalo, que surgió durante su reciente viaje a Oriente Medio, como una forma de ahorrar dinero a los contribuyentes.
“¿Por qué nuestro ejército, y por ende nuestros contribuyentes, deberían pagar cientos de millones de dólares cuando pueden obtenerlo gratis?”, publicó Trump en su plataforma de redes sociales durante el viaje.
Sin embargo, otros opinan que aceptar una aeronave calificada como “palacio en el cielo” es una violación de la prohibición constitucional de regalos extranjeros. Los demócratas han mostrado una unidad de indignación, e incluso algunos aliados republicanos del presidente han manifestado sus preocupaciones.
“Esta acción sin precedentes empaña el cargo presidencial y no puede quedar sin respuesta”, dijo el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer. “Hasta que los estadounidenses tengan transparencia sobre este turbio acuerdo, que aparentemente incluye un plan corrupto para que Donald Trump conserve el avión en su biblioteca después de dejar el cargo, seguiré bloqueando a todos los nominados políticos del Departamento de Justicia”.
Schumer presentó una iniciativa que prohibiría el uso de cualquier aeronave extranjera como avión presidencial e impediría el uso de fondos públicos para modificar o restaurar la aeronave. El miércoles, sin embargo, el senador republicano Roger Marshall de Kansas se opuso cuando Schumer solicitó una votación. No ofreció explicación a su objeción.
Los críticos también han señalado la necesidad de adaptar el avión para cumplir con los requisitos de seguridad, lo cual sería costoso y tomaría tiempo.
“Lejos de ahorrar dinero, esta acción inconstitucional no solo le costará a nuestra nación su dignidad, sino que obligará a los contribuyentes a gastar más de 1.000 millones de dólares para reformar esta aeronave en particular, cuando actualmente tenemos no uno, sino dos aviones Air Force One completamente operativos y capaces”, dijo la senadora demócrata Tammy Duckworth.
El martes, en una audiencia, señaló que para Estados Unidos es un “rumbo peligroso” aceptar la aeronave de la familia gobernante de Qatar.
El secretario de la Fuerza Aérea, Troy Meink, comunicó a los senadores que Hegseth ha ordenado al servicio planificar cómo actualizar la aeronave para cumplir con los estándares necesarios, y reconoció que el avión requerirá modificaciones “significativas”.
La Fuerza Aérea indicó en un comunicado que se prepara para adjudicar un contrato para modificar un avión Boeing 747, pero que cualquier detalle es confidencial.
Trump fue consultado el miércoles sobre la medida mientras se encontraba en el Despacho Oval con el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa. “Están dando un avión a la Fuerza Aérea de Estados Unidos”, dijo Trump, irritado por ser interrogado por un reportero sobre el regalo.
Trump dijo que “no me lo dieron a mí, sino a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, para ayudarnos”, y añadió que “desafortunadamente, Boeing está un poco retrasado”.
Ramaphosa, quien estaba junto a Trump y ha estado trabajando para mejorar su relación con el presidente, dijo: “Lamento no tener un avión para darle”.
“Si su país le ofreciera un avión a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, ¿lo aceptaría?”, declaró Trump.
El republicano no ha presentado ninguna justificación de seguridad nacional para una actualización rápida en lugar de esperar a que Boeing termine los nuevos aviones Air Force One, los cuales han estado en desarrollo durante años.
Ha intentado calmar a parte de la oposición diciendo que no volaría en la aeronave una vez que finalice su mandato. En cambio, afirmó, el avión sería donado a una futura biblioteca presidencial, similar al Boeing 707 utilizado por el presidente Ronald Reagan, que se exhibe como pieza de museo.
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